24h España.

24h España.

2035: El año decisivo para transformar las empresas hacia un enfoque más humano y social, según especialistas en RSC.

2035: El año decisivo para transformar las empresas hacia un enfoque más humano y social, según especialistas en RSC.

En Madrid, el 7 de enero, se congregaron diversos especialistas en Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de entidades reconocidas como la Fundación SERES, el Pacto Mundial de la ONU España, Corporate Excellence, la consultora Quiero y Foro NESI, quienes coincidieron en destacar que el año 2025 se presenta como un periodo decisivo. Según han declarado a Europa Press, los valores sociales adquirirán una relevancia sin precedentes en la estructura de las empresas del futuro.

La directora general de Fundación SERES, Ana Sainz, expresó su convicción de que el 2025 será un año que permitirá concebir una empresa más inclusiva y centrada en lo humano. Hizo énfasis en varios aspectos clave, como la incorporación de los derechos humanos en la cadena de suministro, el fomento de un diálogo intergeneracional y el liderazgo responsable. Además, mencionó la importancia creciente de los criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) y la medición del impacto social, factores que influirán profundamente en el futuro de las organizaciones.

Sainz advirtió que la interacción entre la responsabilidad social y la competitividad es esencial para que las empresas consigan prosperar en un entorno que no deje a nadie atrás. Resaltó que separar el ámbito económico del social sería un grave error, sugiriendo que la alta dirección debe desempeñar un papel proactivo en diseñar políticas que fomenten una cultura empresarial centrada en las personas. El Mapa SERES de Huella Social se presenta como una herramienta clave para ayudar a las empresas en esta medición social, ofreciendo un enfoque metodológico claro.

Según Sainz, la transformación hacia un modelado empresarial más innovador y comprometido requiere una visión a largo plazo que ponga a las personas en el centro de las estrategias de sostenibilidad. De esta manera, se cimentarán las bases para un futuro donde las empresas no solo generen beneficios económicos, sino que también promuevan el bienestar social.

A medida que se proyecta hacia 2024, los expertos mencionan la Directiva de Información Corporativa sobre Sostenibilidad (CSRD), la cual obligará a las empresas a rendir cuentas sobre su impacto en la sostenibilidad. También se anticipa la diligencia debida en sostenibilidad corporativa (CSDDD), que establecerá sanciones para grandes empresas que perjudiquen derechos humanos o el medio ambiente, así como la Directiva sobre reclamaciones ecológicas (Green Claims), todas impulsadas por la Unión Europea.

Cristina Sánchez, CEO del Pacto Mundial de la ONU España, calificó a 2024 como un año crucial para la sostenibilidad empresarial, señalando el impacto que tiene la gestión sostenible de la cadena de suministro. Hizo alusión a su programa de capacitación Proveedores Sostenibles, que desde 2023 ha permitido que más de 5,800 pequeñas y medianas empresas obtengan formación en esta área vital.

De cara a 2025, Sánchez pronosticó que se convertirá en un año fundamental en cuanto a regulaciones, después de un 2024 caracterizado por una intensa actividad legislativa. Mencionó que se espera que la Unión Europea simplifique el marco normativo mediante el 'Paquete Omnibus', al tiempo que anticipó un resurgimiento de la innovación tecnológica en sostenibilidad empresarial, particularmente en conexión con la inteligencia artificial (IA), aunque planteó preocupaciones sobre los riesgos éticos y medioambientales que podrían derivarse.

Con esta evolución, se está adentrándose en una fase de madurez en la sostenibilidad corporativa, con un enfoque cada vez mayor en las estrategias sostenibles respaldadas por la alta dirección. Esto no solo promueve el desarrollo de habilidades verdes, sino que también está contribuyendo al crecimiento de las finanzas sostenibles.

En España, la inversión sostenible alcanzó en 2023 la impresionante cifra de 236,894 millones de euros, representando ya el 49% del patrimonio total gestionado. Esta tendencia no solo se espera que continúe en 2025, sino que también estará impulsada por un marco regulatorio más claro y una creciente demanda por parte de inversores y consumidores de alternativas financieras responsables.

Por su parte, Sandra Pina, directora general de Quiero, subrayó que las normativas inminentes sobre el reporting y la medición obligatoria son pasos positivos, dado que “lo que se mide, se puede gestionar”. Además, destacó que las empresas han comenzado a abordar la biodiversidad de manera más seria, reconociendo los riesgos operativos y económicos que representa.

Resaltó que, de acuerdo con un informe de WAS y Schneider, el 38% de las empresas tiene planes de adaptación ante el cambio climático. Argumentó que este tema finalmente necesita ser debatido abiertamente entre empresas, ciudadanos, sectores financieros y administraciones locales, subrayando la relevancia de la IA en estos diálogos futuros.

Pina también previó un fortalecimiento del componente social de la sostenibilidad, citando el envejecimiento de la población, la diversidad, la IA y la importancia de integrar la dimensión social en la gestión de las cadenas de suministro, lo que hará que este pilar reciba más atención.

Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence - Centre for Reputation Leadership, opinó que 2024 ha demostrado el avance hacia un enfoque más intangible en la gestión empresarial. Anticipó que en 2025 se consolidará la expectativa social de que las empresas actúen como agentes de cambio y transformación social, adoptando un enfoque positivo y estratégico en la gestión de activos intangibles, la reputación corporativa y la mitigación de riesgos reputacionales.

Finalmente, desde Foro NESI, su cofundador Diego Isabel propuso que 2025 será un año clave para fomentar la colaboración entre organizaciones de la economía de impacto, buscando soluciones innovadoras a problemas sociales. Además, abogó por un equilibrio territorial a través de la descentralización económica y laboral, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y combatir el cambio climático.

Isabel concluyó que en 2024 se han dado grandes pasos hacia una economía de impacto, con un aumento notable de emprendedores sociales y empresas que apuestan por la sostenibilidad, lo que ofrece un panorama esperanzador y lleno de oportunidades para seguir generando un impacto positivo en los meses venideros.