Un nuevo ataque de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en la región sudanesa de Darfur Norte ha dejado al menos 25 muertos y 40 heridos en un campamento de personas desplazadas en El Fasher, la capital. El campamento de Abu Shouk ha sido el blanco de este bombardeo, que ha causado también daños en el hospital de la Policía de Darfur y la Escuela Técnica subsahariana.

En medio de este conflicto, Estados Unidos ha celebrado la reanudación de las entregas de ayuda humanitaria desde Chad a Sudán a través del cruce fronterizo de Adré. Esta ayuda busca paliar la hambruna declarada en el campo de refugiados de Zamzam, en Darfur, donde se encuentran más de 400.000 personas.

El secretario del Departamento de Estado, Antony Blinken, ha destacado la importancia de estas entregas de ayuda para atender la grave situación humanitaria en Darfur. Tras intensas conversaciones con diversas delegaciones en Ginebra, se lograron garantías para asegurar un acceso seguro y sin obstáculos a las zonas afectadas por la crisis.

Estos esfuerzos buscan beneficiar a casi un millón de personas que se enfrentan a la hambruna en Sudán, donde más de 25 millones de personas sufren de hambruna aguda y más de diez millones han sido desplazadas de sus hogares. Es fundamental aumentar el flujo de ayuda en la región, y Estados Unidos insta a la comunidad internacional a utilizar todas las herramientas disponibles para lograr este objetivo.

Además, Washington ha celebrado los compromisos asumidos por las RSF en Ginebra para facilitar el acceso humanitario a alimentos y medicinas, y prevenir la violencia contra las mujeres. Estos compromisos deben reflejarse en las acciones de las tropas en el terreno, que han cometido crímenes contra la humanidad y limpieza étnica desde el inicio del conflicto.

La ONU, por su parte, ha confirmado la llegada de un convoy del Programa Mundial de Alimentos a Darfur desde Chad con 205 toneladas de ayuda alimentaria para 17.000 personas. Este es el segundo convoy en cruzar la frontera desde el acuerdo entre las partes en conflicto.

La guerra entre el Ejército sudanés y las RSF comenzó en abril de 2023, desencadenando una crisis humanitaria en la región. Las discrepancias en torno al proceso de integración de las RSF en las Fuerzas Armadas han complicado aún más la situación, poniendo en riesgo la transición política en Sudán tras el derrocamiento de Omar al Bashir.