El primer ministro de Francia, Michel Barnier, se encuentra en un día crucial en el que lleva a cabo negociaciones con diversos partidos y autoridades con el fin de conformar su nuevo gabinete. No obstante, la incertidumbre sobre el nivel de apoyo que recibirá el Gobierno en la Asamblea Nacional es latente.

En esta jornada, Barnier se ha reunido con la presidenta de la Asamblea, Yaël Braun-Pivet, así como con la máxima autoridad del Senado, Gérard Larcher, en lo que supone ser el último día de consultas antes de la conformación final del gabinete, según han confirmado fuentes cercanas al primer ministro a Franceinfo.

Aunque no existe un plazo definido para la presentación del nuevo equipo ministerial, Barnier había adelantado que sería durante esta semana. La demora en este proceso ha desgastado la figura del primer ministro, quien fue designado a pesar del rechazo frontal de la izquierda, ganadora de las elecciones parlamentarias de julio.

Además de la incertidumbre en torno a los nombres de los nuevos ministros, se percibe un clima de tensión en el ámbito político, especialmente en relación con la posible subida de impuestos, lo que ha generado malestar entre los diputados del partido Renacimiento, impulsado por el presidente Emmanuel Macron.

En este contexto, Barnier ha admitido recientemente que la situación presupuestaria que enfrenta el país es sumamente grave, instando a la responsabilidad para afrontar los retos económicos que se presentan sin descartar ninguna opción.