Bosch considera acortar la jornada laboral en dos fábricas alemanas debido a la escasez de chips de Nexperia.
En un giro significativo para la industria automotriz, Bosch, el líder global en la provisión de componentes automovilísticos, ha decidido implementar una reducción en la jornada laboral en dos de sus fábricas ubicadas en Alemania. Esta medida surge como respuesta a la crisis provocada por la falta de chips Nexperia, una situación que se agrava tras la intervención del gobierno holandés en la empresa y las restricciones impuestas por China en la exportación de estos elementos clave.
Las plantas afectadas, localizadas en Ansbach y Salzgitter, han experimentado paradas en la producción debido a la escasez de componentes electrónicos esenciales. Un portavoz de Bosch comunicó que la prioridad en este momento es atender a los clientes y mitigar, en la medida de lo posible, las limitaciones en la producción, según lo informado por la agencia DPA.
Con el objetivo de hacer frente a estas dificultades, Bosch ha solicitado la aprobación de un programa de reducción de personal que recibiría apoyo del gobierno alemán, similar a los mecanismos de regulación temporal de empleo que se aplican en España. Esta iniciativa se plantea como una estrategia para evitar despidos masivos en un contexto de incertidumbre.
La escasez de chips podría afectar a aproximadamente 400 de los cerca de 1.300 empleados en la planta de Salzgitter, mientras que en la instalación de Ansbach, se estima que hasta 650 de los 2.500 trabajadores podrían ver alteradas sus condiciones laborales por esta situación transitoria.
Además, la planta de Braga en Portugal también se enfrenta a posibles repercusiones, sumándose a la situación crítica de las plantas alemanas. Se estima que hasta 2.500 de los 3.300 empleados en Braga podrían verse impactados por recortes temporales o bajas laborales, reflejando la gravedad de la crisis de suministro de chips en la red de producción de Bosch.
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