MADRID, 25 de diciembre. - La víspera de Navidad resultó ser un día lleno de emociones para Carmen Borrego. Su hijo, José María Almoguera, tomó la decisión de no compartir la cena de Nochebuena con ella, lo que evidencia el distanciamiento que ha marcado su relación en los últimos meses. En un giro inesperado, el joven ofreció una exclusiva a la revista Lecturas, en la que confesó: "mi madre y yo aún no estamos curados".
Estas declaraciones han generado un aluvión de comentarios en los medios, lo que llevó a Carmen a ser interceptada por las cámaras antes de disfrutar de la cena en compañía de su hermana, su hija y su sobrina. Frente a este escenario, Borrego reflexionó sobre la situación con una mirada comprensiva, manifestando que "son fechas difíciles para muchas familias, no solo para mí".
A pesar de la complejidad de la situación, Carmen se mostró como una persona optimista, asegurando que tiene la firme convicción de que "todo se arreglará". Recordó que, aunque su hijo no ha estado presente en sus celebraciones navideñas durante varios años, contaba con el apoyo y el amor de su hermana, su hija y el bebé de la familia para sobrellevar la noche.
En un intento de restarle dramatismo a la entrevista de su hijo, Carmen mencionó que no le ha afectado tanto como podría pensarse. Afirmó que "a las entrevistas no les doy ninguna importancia", subrayando que es esencial "quitarle importancia a lo que se lee", especialmente en este caso específico.
Finalmente, Carmen Borrego dejó claro que, a pesar de las tensiones, "para mí la guerra no existe". Con una actitud esperanzadora, declaró que está "segura de que más pronto que tarde se arreglará", una expresión de su deseo de tender puentes y buscar la reconciliación con su hijo a la luz de las dificultades actuales.
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