En un contundente pronunciamiento, el ministro de Exteriores de Colombia ha declarado que las recientes elecciones en Venezuela no fueron libres. Luis Gilberto Murillo se ha manifestado enérgicamente en contra de lo que considera una manipulación del proceso electoral en el país vecino, justo horas antes de la investidura presidencial de Nicolás Maduro, quien se proclamó vencedor en unos comicios que Colombia no reconoce.
El Gobierno colombiano ha alzado la voz para expresar su "profunda preocupación y enérgico rechazo" ante los alarmantes informes sobre violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela, especialmente en el periodo previo a la toma de posesión de Maduro, quien asumirá el cargo este viernes tras las elecciones de julio, en las que hubo acusaciones de fraude a gran escala por parte de la oposición y del resto de la comunidad internacional.
Murillo, en un vídeo compartido en su cuenta de la red social X, hizo un llamado a las autoridades venezolanas para que ofrezcan "plenas garantías para el ejercicio del derecho a la oposición y a la movilización social". Esto se produce en medio de las manifestaciones que han sido convocadas dentro y fuera de Venezuela en rechazo a la investidura de Maduro, quien ha sido señalado por sus adversarios y numerosos organismos internacionales por la falta de transparencia durante el proceso electoral.
Manifestando su categorización de los comicios, el ministro colombiano ha indicado que "no fueron unas elecciones libres" y ha subrayado la ausencia de actas públicas, afirmando que, en consecuencia, Colombia no tiene intención de reconocer los resultados electorales en Venezuela.
El funcionario ha defendido la postura "coherente y prudente" de su país, informando que el presidente Gustavo Petro no asistirá a la ceremonia de investidura; sin embargo, el embajador de Colombia en Caracas, Milton Rengifo, representará a la nación en ese evento. Según comentó Murillo, esta decisión se basa en un fuerte compromiso con los ideales democráticos y los derechos humanos, así como en el deseo de encontrar una solución política inclusiva y democrática para la crisis venezolana.
Además, el ministro reafirmó que Colombia no romperá lazos diplomáticos con Venezuela, una medida considerada "responsable", aunque aclaró que esto no equivale a avalar los resultados de las elecciones. "Cerrar fronteras y romper relaciones no resuelve nada; de hecho, perjudica a millones de colombianos que viven en la frontera. Lo fácil es tomar decisiones en contra de un país vecino, lo responsable es evaluar las repercusiones a largo plazo y buscar soluciones reales", argumentó Murillo.
En paralelo, el Gobierno de Perú también ha expresado su firme postura ante la situación en Venezuela. A través de un comunicado publicado en redes sociales, han manifestado su "seria preocupación y enérgica condena" por los actos de "represión, persecución, detenciones arbitrarias y secuestro" que han sufrido miembros de la oposición y sus familias bajo el régimen de Maduro.
La administración peruana ha exigido el respeto absoluto a la libertad de expresión y a la participación política de los venezolanos, demandando la liberación inmediata de todos aquellos que se encuentren detenidos de manera arbitraria. Estas peticiones se hacen eco de las recientes acusaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que han señalado a las autoridades venezolanas por aplicar "prácticas de terrorismo" con el fin de "sembrar miedo y controlar a la población".
Previamente, durante las protestas realizadas cerca de Caracas en los días previos a la investidura presidencial, la líder opositora María Corina Machado denunció que fue detenida brevemente por las "fuerzas represoras del régimen", una situación que refleja la creciente tensión en el país y la preocupación internacional por el estado de los derechos humanos bajo el gobierno de Maduro.
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