En la fría madrugada del sábado 30 de noviembre, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha reportado una trágica pérdida de vidas en Alepo, cuando al menos cuatro personas fallecieron como resultado de un ataque aéreo lanzado por aviones de combate rusos. Este ataque se centró en un cuartel militar ubicado en las afueras de la ciudad de Mare, que forma parte de la provincia de Alepo, en el norte de Siria.

El ataque se llevó a cabo justo después de la medianoche del viernes al sábado, cuando un avión de combate ruso disparó tres misiles dirigidos a dicho cuartel. En el momento de la agresión, allí se encontraban miembros de la denominada "Fuerza Conjunta", un grupo que está alineado con el Ejército Nacional, el cual cuenta con el respaldo de Turquía.

El impacto de este ataque no solo se sintió en las vidas perdidas, sino que también resultó en la destrucción del cuartel y varios vehículos militares, según la información proporcionada por el Observatorio, que tiene su sede en Londres pero opera gracias a una red de informantes en territorio sirio.

Esta ofensiva se produce en un contexto escalofriante, ya que el mismo Observatorio había informado previamente que el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), junto con otras facciones armadas aliadas, ha logrado el control de más de la mitad de la provincia de Alepo. Esto se alcanzó a través de una ofensiva masiva, la cual no encontró resistencia significativa frente a las fuerzas gubernamentales sirias.

El conflicto ha cobrado un alto costo en términos de vidas humanas, con más de 270 fallecidos, entre los que se incluyen 93 miembros del régimen y sus fuerzas aliadas. Además, se ha informado de un ataque de los rebeldes a la universidad de Alepo, ubicada en el barrio de Al Hamdaniya, un área que se encuentra bajo el control de las autoridades gubernamentales. Sin embargo, el Gobierno de Salvación Nacional ha desestimado estas acusaciones, tildando las informaciones de mera "propaganda engañosa del régimen".