El Ejército israelí ataca en Yenín y causa la muerte de tres palestinos, incluyendo a un líder de Yihad Islámica.
Israel pide la evacuación "inmediata" del hospital Ibn Sina de Yenín y detiene a personal sanitario, según Wafa
MADRID, 17 Nov. - En un nuevo acto de violencia, el Ejército de Israel ha llevado a cabo un ataque con drones que ha resultado en la muerte de tres palestinos, incluido un comandante de las Brigadas Al Quds, grupo armado de Yihad Islámica. El ataque tuvo lugar en el campamento de refugiados de Yenín, en Cisjordania.
Además de las víctimas mortales, nueve personas resultaron heridas en diferentes grados y varias fueron detenidas, luego de que las Fuerzas de Defensa de Israel irrumpieran en la zona. Los soldados se desplegaron en varios edificios y se produjeron violentos enfrentamientos.
Por su parte, medios israelíes informaron que el Ejército mató a cinco "terroristas" que se encontraban en el campo de refugiados de Yenín, donde se produjo un intercambio de disparos.
Las FDI han solicitado la "evacuación inmediata" del hospital Ibn Sina, en Yenín, y han detenido al menos a dos miembros del personal sanitario, según fuentes locales consultadas por la agencia de noticias palestina Wafa.
Los militares israelíes mantuvieron rodeado el hospital durante varias horas, registrando las ambulancias que se encontraban en las cercanías y exigiendo a través de megáfonos la evacuación del hospital.
Las mismas fuentes afirmaron que el Ejército israelí obligó a los paramédicos a salir del hospital con las manos en alto antes de buscarlos en el patio del edificio.
Desde los ataques perpetrados por Hamás el 7 de octubre, que ocasionaron cerca de 1.200 muertes, el Ejército de Israel ha asesinado a más de 185 palestinos, incluyendo casi 50 menores. Además, ocho palestinos, incluido un niño, han sido asesinados por colonos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este. Por su parte, las autoridades de la Franja de Gaza, controladas por Hamás, han informado que los ataques israelíes han dejado un saldo de más de 11.500 muertos, entre ellos más de 4.800 niños.