En medio de la oleada de estallidos de dispositivos de comunicación en territorio libanés y sirio, atribuidos a Israel, las autoridades de Irán han evacuado a un hospital de Teherán a su embajador en Líbano, Mojtaba Amani, quien resultó herido el martes a causa de la explosión de su 'busca'.

El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, visitó a Amani en el hospital, donde habló con su médico, Hasán Qazizadé Hashemi, mostrando su esperanza en su pronta recuperación y el regreso a su cargo, según un comunicado oficial.

Amani ha agradecido al Ministerio de Exteriores, al Ministerio de Sanidad y a la Media Luna Roja de Irán por actuar rápidamente y trasladar a varios heridos a hospitales en Irán, informando al jefe de la diplomacia sobre el ataque terrorista y su magnitud.

El representante iraní ante Naciones Unidas, Amir Saed Iravani, envió una carta al Consejo de Seguridad para informar que Teherán se reserva el derecho a responder al ataque, considerándolo un "crimen atroz" y un acto terrorista.

La Embajada iraní en Beirut comunicó que el tratamiento de Amani progresa correctamente y desmintió los rumores sobre su estado físico, contradiciendo informaciones dadas por fuentes de la Guardia Revolucionaria iraní.

Más de una treintena de personas fallecieron y más de 3.200 resultaron heridas por explosiones de dispositivos vinculados a Hezbolá, objetivo de un aparente ataque israelí, según investigaciones que revelaron el uso de cargas explosivas en estos dispositivos.

El carácter indiscriminado del ataque ha sido condenado por Naciones Unidas, que insta a no utilizar objetos civiles como armas, mientras Israel aún no se ha pronunciado al respecto, en medio del temor por una escalada del conflicto en Oriente Próximo.

Los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá, respaldado por Irán y con influencia militar y política en Líbano, han aumentado el riesgo de una expansión del conflicto, con el Ejército de Israel presentando sus "planes operativos" a Estados Unidos en relación a Líbano la semana pasada.