En lo que va de año, se han quemado 42.314 hectáreas, lo que representa una disminución del 46,4% en comparación con el mismo periodo del año pasado y un 46,5% menos que la media de los últimos diez años, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. Esta reducción en la superficie afectada por incendios forestales es una buena noticia en medio de la crisis climática que enfrenta el país.

De acuerdo con el informe, el año 2024 se coloca como el cuarto con menos hectáreas calcinadas en la última década, destacando por su contraste con los desastrosos números de 2023 y 2022. Esto demuestra que las medidas de prevención y control de incendios están teniendo resultados positivos en la protección del medio ambiente y la biodiversidad.

Por zonas, se ha registrado que la mayoría de los siniestros se han producido en el noroeste y el Mediterráneo, aunque las comunidades interiores también han sufrido su parte de incendios. Es importante destacar que la superficie afectada varía según la región, siendo necesario implementar medidas específicas para cada área con el fin de prevenir futuros desastres.

En cuanto al tipo de incendios, se destaca que la mayoría han sido conatos, es decir, han afectado a menos de una hectárea. Sin embargo, ha habido 16 grandes incendios que han arrasado más de 500 hectáreas, lo que resalta la importancia de seguir trabajando en la prevención y control de incendios de gran magnitud.

En términos de vegetación afectada, se ha reportado que han ardido superficies arboladas, de matorral y monte abierto, así como de pastos y dehesas. Esta diversidad de ecosistemas afectados resalta la urgencia de promover políticas de conservación y restauración ambiental para proteger la riqueza natural del país.