Representantes del PGA Tour defendieron el acuerdo millonario con el LIV Golf respaldado por Arabia Saudí, en el Senado de Estados Unidos, asegurando que su propósito fue "preservar" su existencia y no una inyección inmoral de dinero.
El director de operaciones del PGA Tour, Ron Price, testificó ante un subcomité del Senado de Estados Unidos, afirmando que se enfrentaban a una amenaza existencial y que su única intención era continuar beneficiando a sus jugadores y liderar el golf profesional.
El mes pasado, el PGA Tour y el LIV Golf anunciaron un acuerdo para la creación de un circuito conjunto, luego de que el torneo estadounidense criticara duramente a Arabia Saudí, incluso suspendiendo a los jugadores que optaron por jugar en sus torneos.
Los críticos del acuerdo citan abusos contra los derechos humanos por parte de Arabia Saudí y el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Estados Unidos concluyó en un informe de inteligencia que el príncipe heredero saudí, Mohammad bin Salman, probablemente aprobó la operación para matar o capturar a Khashoggi, una acusación negada por el país asiático.
En la audiencia del martes, Price estuvo acompañado por Jimmy Dunne, miembro de la junta del PGA Tour que ayudó a negociar el acuerdo entre las dos partes. Aunque no ofrecieron una cifra exacta, afirmaron que la inversión saudí podría rondar los 1.000 millones de euros.
Los responsables del circuito reconocieron la dura realidad que enfrenta el PGA Tour en su lucha contra un fondo de inversión con cientos de miles de millones de euros para gastar. Además, entienden que no tener en cuenta a la organización saudí haría que más jugadores cambien de circuito, lo que eventualmente permitiría que LIV se haga cargo por completo del golf profesional.
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