En un conmovedor acto conmemorativo en Madrid, el presidente de Israel, Isaac Herzog, lanzó una severa advertencia sobre la creciente tensión social en su país, recordando el trágico legado del asesinato del primer ministro Isaac Rabin hace 30 años. Herzog enfatizó que Israel se encuentra nuevamente al borde de una crisis, mientras reflexionaba sobre aquellos días aciagos marcados por la violencia y la polarización.

Durante su discurso en el monte Herzl, Herzog destacó que a lo largo de tres décadas, las señales de descomposición social persisten y, en algunos casos, se han intensificado. “Palabras hirientes, acusaciones de traición y un clima de hostilidad que se exacerba en las redes sociales son preocupantes realidades que enfrentamos hoy”, aseveró el presidente, aludiendo a los peligros del odio que se manifiestan no solo en la retórica, sino en la violencia arraigada en la vida pública.

Herzog expresó su consternación por el hecho de que, tras tres décadas, este riesgo de violencia siga presente en la sociedad israelí. “Es inconcebible que sigamos soportando esta amenaza”, afirmó con firmeza, resaltando que representa un desafío estratégico que debe ser abordado de manera urgente.

El mandatario se refirió específicamente a la violencia creciente dirigida hacia figuras de la política, incluyendo funcionarios y miembros de las Fuerzas Armadas, así como el propio primer ministro, Benjamin Netanyahu. Herzog instó a que la violencia no tiene cabida en el discurso nacional, planteando la necesidad de una "tolerancia cero" hacia cualquier forma de agresión. “Israel no es un campo de batalla, sino un hogar, y en nuestro hogar no se acepta el uso de armas, ni de palabras violentas”, remarcó con énfasis.

En un contexto más amplio, Herzog abogó por la implementación del plan de paz propuesto por el expresidente estadounidense Donald Trump relacionado con Gaza. A pesar de las tensiones actuales, donde milicias de Gaza aún tienen rehenes en su poder y las fuerzas israelíes mantienen un control significativo sobre la región, Herzog subrayó la importancia de avanzar hacia un futuro pacífico y colaborativo.

Invocando la memoria de Rabin, el presidente israelí llamó a “ampliar el círculo de la paz”, explorando nuevas alianzas con países árabes. Desde la firma de los Acuerdos de Oslo, el compromiso de Israel con la paz ha sido constante, y Herzog hizo un llamamiento para que este impulso continúe. “Siempre hemos deseado la paz con nuestros vecinos, y debemos seguir persiguiendo este objetivo”, señaló, aunque reconoció que la voluntad de avanzar en este camino también depende del reconocimiento y aceptación por parte de los palestinos de la existencia de Israel en su tierra ancestral.