El nuevo presidente del Líbano, Joseph Aoun, ha hecho un llamado a transformar la apreciación política del país y a fortalecer el papel del Ejército libanés con el fin de salvaguardar la soberanía frente a las agresiones israelíes.
Esta declaración se produjo en un contexto significativo ya que Aoun asumió el cargo el 9 de enero, después de que el Parlamento lo eligiera tras más de dos años de ausencia presidencial, tras la culminación del mandato de Michel Aoun en octubre de 2022.
En su emotivo discurso de toma de posesión, Aoun declaró su intención de llevar a cabo consultas para formar un nuevo Gobierno de manera urgente, subrayando que el país se encuentra en el inicio de una "nueva fase". Expresó su deseo de establecer "una administración moderna y eficaz" para abordar los desafíos que enfrenta Líbano en un Oriente Próximo rife con tensiones y convulsiones.
Como actual jefe del Ejército, Aoun destacó que el ser elegido presidente representa "la condecoración más importante" que ha recibido en su carrera. En este sentido, enfatizó la necesidad de promover la convivencia y realizar un cambio radical en la visión política del país, tal como lo ha reportado el diario 'L'Orient-Le Jour'.
Argumentó que es crucial reevaluar la forma en que se protege el país, cómo se gestionan las políticas económicas, cómo se conceptualiza el Estado y cómo se abordan las cuestiones medioambientales. Además, se comprometió a "preservar la nación" y "proteger las libertades" fundamentales para todos los libaneses.
Durante su discurso, Aoun subrayó que Líbano está atravesando "una crisis de poder y comprensión de la democracia". También afirmó la imperiosa necesidad de que las autoridades ejercen "el monopolio de las armas", en clara referencia al grupo chií Hezbolá, especialmente tras el reciente conflicto con Israel, que concluyó con un alto el fuego a finales de noviembre de 2024.
En este contexto, Aoun enfatizó que el Estado debe realizar inversiones en su Ejército para preservar las fronteras, combatir el contrabando y el terrorismo, y, ante todo, enfrentar las agresiones israelíes. Se comprometió a desarrollar "una estrategia de defensa" robusta para contrarrestar cualquier intento de invasión israelí.
Además, el nuevo presidente manifestó su determinación de "reconstruir lo que la agresión israelí ha destruido en todo Líbano" y dejó claro que no habrá negociaciones sobre la soberanía ni la independencia del país, prometiendo actuar con respeto a las leyes internacionales.
Aoun también expresó su deseo de forjar "las mejores relaciones con los países árabes" y promoverá una "neutralidad positiva", abriendo la puerta a conversaciones con Siria para resolver los problemas bilaterales, en particular el respeto por la soberanía de ambos Estados.
Este mensaje se produce en un nuevo contexto para Siria, luego de la caída del régimen de Bashar al Assad en diciembre, un cambio que ha sido apoyado por Hezbolá, Irán y Rusia, y ahora está dominado por la fuerza yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS).
El mandato de Aoun se proyecta como uno orientado tanto hacia el Este como hacia el Oeste, reafirmando el compromiso con el respeto mutuo, la soberanía libanesa y la libertad de decisión del país. Durante su discurso, también adelantó que se implementarán "numerosas reformas" para enfrentar la crisis económica y social que agobia a Líbano.
Al concluir, Aoun se comprometió a trabajar con todos los sectores de la sociedad libanesa para garantizar la protección de los derechos de sus ciudadanos, reafirmando que "el fracaso no tiene cabida en Líbano" y que "ninguna comunidad tendrá privilegios sobre otra".
La elección de Aoun llega después de un prolongado vacío presidencial que se extendió por más de dos años, justo después de la finalización del mandato de Michel Aoun, con quien no posee relación familiar. A pesar de su elección, enfrentará críticas relacionadas con posibles violaciones constitucionales, ya que algunos sostienen que su posición como jefe de las Fuerzas Armadas podría contradecir las regulaciones que rigen el proceso electoral presidencial.
Estos cuestionamientos se hicieron evidentes durante la sesión parlamentaria, donde varios legisladores manifestaron su preocupación por las implicaciones constitucionales de la elección de Aoun, sugiriendo que se deberían enmendar las reglas actuales que dificultan que alguien que haya ocupado un cargo de responsabilidad en los dos años previos pueda ser elegido presidente.
A pesar de los desafíos legales y políticos, la votación se realizó después de doce intentos fallidos, provocados por un continuo estancamiento legislativo entre los aliados de Hezbolá y sus opositores. Este bloqueo finalmente se rompió en un contexto marcado por el acuerdo de alto el fuego con Israel y presiones internacionales para finalizar el vacío en la presidencia, considerado esencial para abordar la grave crisis económica y social que afecta al país.
Es interesante destacar que, según el sistema de reparto de poder en Líbano, el presidente debe ser un cristiano maronita, y Aoun logró cumplir con esta condición, convirtiéndose en el quinto comandante del Ejército en asumir la presidencia y el cuarto de forma consecutiva en la historia del país.
Entre sus varias y complejas responsabilidades, Aoun deberá formar un nuevo Gobierno, ya que el actual solo actúa en funciones desde 2022 y ha enfrentado dificultades para su renovación. Asimismo, supervisará la implementación del acuerdo de alto el fuego con Israel, mientras su futuro gabinete deberá llevar a cabo una serie de reformas solicitadas por la comunidad internacional para restablecer la estabilidad económica en Líbano, el país que enfrenta una de las crisis más profundas de su historia.
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