La FIBA y la Euroliga han alcanzado un acuerdo para evitar la superposición de calendarios en la temporada 2023-24, poniendo fin a un conflicto que ha estado vigente desde la introducción de las 'ventanas' clasificatorias. Este acuerdo busca beneficiar tanto a las competiciones de clubes como a las selecciones nacionales.
En un comunicado conjunto, ambas organizaciones han afirmado que continuarán discutiendo y buscando soluciones mutuamente aceptables en los próximos doce meses, con el objetivo de promover el baloncesto tanto en Europa como en todo el mundo.
El conflicto entre la FIBA y la Euroliga comenzó en 2017 con la introducción de las 'ventanas' de clasificación para el Mundial, lo que obligaba a los jugadores a elegir entre disputar competiciones de clubes como la Euroliga o representar a sus selecciones nacionales.
El año pasado, la FIBA tomó medidas para conciliar estos intereses al reubicar las 'ventanas' de noviembre de 2022 y febrero de 2023. Con este nuevo sistema, se espera que los jugadores tengan tiempo suficiente para descansar durante el verano y afrontar con éxito las competiciones internacionales.
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