En una escalada de violencia en la región, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha condenado con firmeza la brutal agresión terrorista perpetrada por Israel en el sur de la capital de Líbano, Beirut. El ataque ha dejado un alto cargo del partido-milicia chií Hezbolá y más de una decena de personas sin vida, lo que ha sido calificado como un nuevo crimen en la serie de crímenes sionistas y una clara violación de la soberanía libanesa.

Desde Hamás se ha denunciado la intensificación de la agresión por parte de Israel, especialmente contra objetivos civiles, en un intento claro por causar el mayor número de víctimas posibles sin distinguir entre militares y civiles en Líbano y en Gaza. Todo esto, en clara violación de las leyes internacionales y las normas humanitarias.

Ante estos lamentables episodios, Hamás ha instado a la comunidad internacional a actuar de forma urgente para detener estos crímenes de guerra y responsabilizar a los culpables, mostrando total solidaridad con sus hermanos del partido-milicia chií libanés Hezbolá y comprometiéndose a seguir luchando hasta lograr la completa liberación de la región de la influencia sionista.

Los ataques en el sur de Beirut han dejado un saldo de al menos 14 personas fallecidas y 66 heridas, según datos del Ministerio de Sanidad libanés. El Ejército israelí ha descrito el bombardeo como un "bombardeo selectivo", aunque posteriormente ha confirmado que su objetivo era Ibrahim Akil, un miembro del Consejo de la Yihad de Hezbolá con una recompensa millonaria por parte de Estados Unidos.

Akil, también conocido como 'Tahsin', había sido parte de la Organización de la Yihad Islámica, responsable de atentados en la década de los 80 contra la Embajada de Estados Unidos en Beirut y una toma de rehenes en esa misma época, lo que evidencia el complejo entramado de conflictos en la región.