En Madrid, a 8 de enero, las noticias que llegan desde el condado de Los Ángeles, California, son devastadoras. Este miércoles se ha confirmado la trágica muerte de dos personas debido a un feroz incendio que ha consumido grandes extensiones de tierra en las localidades de Altadena y Pasadena.

Anthony C. Marrone, el jefe de bomberos de la región, ofreció una actualización durante una conferencia de prensa, revelando que alrededor de 500 profesionales de bomberos están desplegados en la zona, combatiendo las llamas que, además de las vidas perdidas, han dejado un saldo indeterminado de heridos y han reducido hasta 100 estructuras a cenizas, según reporta la cadena CNN.

Las causas del incendio aún permanecen en la penumbra; las autoridades locales han iniciado una investigación para esclarecer su origen. Mientras tanto, el Departamento de Bomberos de Los Ángeles se encuentra en una carrera desesperada contra el tiempo, enfrentando también otros dos incendios activos en el norte de San Fernando y en el residencial barrio de Palisades, donde las llamas ya han devorado más de 2.000 hectáreas.

Robert G. Luna, jefe de la Policía de Los Ángeles, indicó que se mantiene comunicación constante con otros condados, pero subrayó que la prioridad inmediata es salvaguardar la vida de los residentes y facilitar las evacuaciones. Más de 80.000 personas han sido forzadas a abandonar sus hogares ante la imparable avance del fuego en el condado.

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha expresado su profunda preocupación a través de las redes sociales, instando a la población a evacuar la zona y a seguir las instrucciones impuestas por las autoridades locales, lo que subraya la gravedad de la situación que se vive en el área afectada por estos devastadores incendios.