MADRID, 4 de enero. (CHANCE) -
La vida de Isa Pantoja dio un giro significativo este pasado viernes, ya que regresaba al trabajo tras disfrutar de unas festividades navideñas llenas de emociones. Sin embargo, su reencuentro con la rutina no pasó desapercibido, pues se produjo en medio de un frente abierto con su madre, una conversación que reveló una faceta de su relación que nunca antes habíamos presenciado.
Con una sinceridad que la caracteriza, Isa se sintió compelida a responder a las insinuaciones que su madre había hecho durante su último concierto, comenzando con una crítica a una de sus declaraciones: “Había visto lo de Anabel, pero no lo que había dicho de un beso a todas las madres. Se le olvida que ella es madre. Me cuesta, pero tampoco hago un esfuerzo de entenderlo, directamente paso del tema”. Estas palabras evidencian la frustración acumulada que siente frente a la actitud de su madre.
Isa continuó expresando su descontento, señalando su dificultad para entender cómo su madre puede emitir mensajes tan controvertidos después de un año tan complicado para todos: “Pasamos el año nuevo, la Dana, y ella está en su burbuja, con su realidad, y no me voy a poner a analizar lo que dice porque cuando le manda un mensaje a Anabel y a su hija tampoco piensa si me puede molestar o doler porque tiene otros nietos. Jode y duele, y me voy a callar porque me hierve la sangre y por supuesto me molesta”. Estas declaraciones revelan una lucha interna entre el deseo de confrontar y la necesidad de proteger sus emociones.
Posteriormente, la joven decidió alejarse del foco mediático y se trasladó al Puerto de Santa María, en Cádiz, donde vive con su esposo y su pequeño hijo. El contraste en su expresión fue evidente cuando fue captada en la estación de AVE; su semblante reflejaba la carga emocional por la que atraviesa en estos momentos.
A pesar de la evidente molestia, Isa optó por mostrar una actitud más reservada ante la prensa, caminando cabizbaja e ignorando las preguntas acerca de las veladas críticas que su madre suele hacer en sus presentaciones. Su enfoque estaba claramente en otra dirección.
Mientras hablaba por teléfono con alguien cercano, aprovechó la oportunidad para compartir información sobre el inicio del nuevo curso escolar de su hijo, Albertito, eludiendo así las cuestiones sobre el estado actual de sus relaciones familiares, especialmente con su prima, Anabel Pantoja, y la posibilidad de que esto pudiera influir en su vínculo con su hermano, Kiko Rivera. En medio de esta tormenta emocional, Isa parece decidido a priorizar a su familia y a navegar por estos desafíos con la mayor serenidad posible.
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