En una escalada de violencia sin precedentes, la Autoridad Palestina ha informado este lunes que al menos 30 palestinos han perdido la vida a causa de la operación militar lanzada por Israel en el norte de Cisjordania. Esta acción, considerada la más grande en más de dos décadas desde el fin de la Segunda Intifada, ha dejado también 121 heridos, según el Ministerio de Sanidad palestino.

En un comunicado emitido a través de Telegram, se detalla que los ataques israelíes han cobrado la vida de 18 personas en la gobernación de Yenín, cuatro en Tubas y Tulkarem respectivamente, y tres en Hebrón. Entre los fallecidos se encuentran cinco niños y dos ancianos, lo que ha generado fuertes críticas hacia la actuación del Ejército israelí.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha regresado de urgencia de Arabia Saudí para hacer frente a esta situación, calificada como una "escalada de guerra" por parte de los portavoces palestinos. Mientras tanto, desde el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) se ha denunciado un intento de ampliar la violencia a otras zonas de Cisjordania ocupada.

Desde el inicio de los ataques el pasado 7 de octubre, la violencia no ha cesado y ha cobrado miles de vidas en la región. Organismos internacionales como la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas han condenado la respuesta militar israelí, calificándola como una violación flagrante del Derecho Internacional y advirtiendo sobre una escalada aún mayor de la violencia en la zona.

Es crucial recordar que la violencia en Cisjordania no constituye un conflicto armado según el Derecho Humanitario, por lo que el uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel es condenable y debe ser investigado. La comunidad internacional debe intervenir de manera urgente para detener esta espiral de violencia que está cobrando vidas de manera indiscriminada en la región.