En el amanecer del nuevo año, las tensiones entre Israel y Gaza han vuelto a cobrar protagonismo después de que el ejército israelí reportara el lanzamiento de dos proyectiles desde la Franja de Gaza. Según fuentes militares, uno de estos proyectiles fue interceptado exitosamente, mientras que el otro cayó en un área despejada, evitando daños en zonas pobladas.

Desde la medianoche, las sirenas de alerta han resonado en el oeste de Israel, señalizando la trayectoria de los proyectiles que atravesaron la frontera. Este sistema de detección ha sido vital para la identificación y respuesta ante estas amenazas, que provienen del centro de Gaza.

Las fuerzas armadas, a través de un comunicado en redes sociales, confirmaron la intercepción de un proyectil y proporcionaron información adicional sobre otros cohetes que han sido derribados en las horas previas, todos lanzados desde el norte de Gaza. Esta situación se inscribe dentro de un contexto de intensas operaciones militares israelíes en el área.

Desde octubre, las actividades militares israelíes en Gaza han estado enfocadas especialmente en el norte del enclave. Las autoridades israelíes justifican sus acciones, alegando que buscan evitar el reagrupe de Hamás, el grupo en el poder en Gaza, a pesar de las crecientes tensiones y las repercusiones humanitarias que ello conlleva.

En un contexto político delicado, este ataque llegó solo unas horas después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fuera dado de alta tras una operación de próstata, permitiéndole asistir a una crucial votación en el Parlamento relacionada con la aprobación del presupuesto nacional.

A pesar de las recomendaciones médicas en su contra, Netanyahu decidió presentarse para el voto después de que miembros clave de su coalición, incluyendo al ministro de Seguridad, Itamar Ben Gvir, indicaran que se opondrían a la legislación, argumentando que representaba un “golpe severo” a las capacidades de las fuerzas de seguridad israelíes.

Tras sus compromisos parlamentarios, se espera que el primer ministro regrese al hospital para continuar con su recuperación. La combinación de crisis de seguridad y turbulencias políticas plantea un escenario complejo para el líder israelí en este inicio de año.