JLR y Nissan se asocian con Atilium para ofrecer vehículos eléctricos más asequibles a través del reciclaje de baterías.
La recuperación de minerales críticos de baterías está en el horizonte de la sostenibilidad, y nuevas alianzas están marcando el camino hacia un futuro más responsable. En este contexto, Jaguar Land Rover y Nissan han decidido colaborar con Atilium, una innovadora empresa dedicada al reciclaje de baterías para vehículos eléctricos, con el objetivo de hacer más accesibles estos coches gracias a la reducción de costos mediante la reutilización de minerales esenciales como el litio y el níquel.
Atilium ha declarado su intención de recuperar hasta un asombroso 95% de los minerales de las baterías al final de su ciclo de vida. Este compromiso es parte de un esfuerzo más amplio que contempla la necesidad imperiosa de reciclar más de un millón de toneladas métricas de baterías anualmente hasta el año 2030, cifra que podría escalar a casi 20 millones de toneladas para 2040, resaltando la urgencia de una economía circular en la industria automotriz.
La compañía no solo se limita a anunciar sus intenciones, sino que afirma contar con la capacidad necesaria para reciclar cantidades significativas de litio, cobalto, níquel y manganeso, equivalentes a la producción de más de 250.000 nuevas baterías de vehículos eléctricos cada año. Esto representa una oportunidad valiosa para satisfacer casi el 80% de las ventas actuales en ciertos mercados europeos, como el británico, donde la demanda por vehículos eléctricos sigue en auge.
En el contexto de su colaboración con Jaguar Land Rover, Atilium está llevando a cabo investigaciones para desarrollar y probar celdas de batería fabricadas a partir de cátodos reciclados de vehículos eléctricos Jaguar I-Pace en desuso. Estas baterías, tras su proceso de recuperación, serán evaluadas para determinar su viabilidad en la producción de nuevos vehículos eléctricos, un paso crucial hacia una mayor sostenibilidad en la fabricación automotriz.
Este enfoque no solo contribuirá a reducir los costos de producción, sino que también permitirá a los fabricantes disminuir su huella de carbono en hasta un 25%, en comparación con los métodos tradicionales que implican la extracción de minerales nuevos. Tal reducción es un avance significativo hacia la mitigación del impacto ambiental de la industria automotriz.
A partir del año 2031, la normativa de la Unión Europea exigirá que las baterías de vehículos eléctricos contengan, al menos, un 6% de litio reciclado, un 16% de cobalto reutilizado y un 6% de níquel reciclado. Estos requisitos estarán sujetos a un incremento gradual, con metas que se elevarán a un 12%, 26% y 15%, respectivamente, a partir de 2036, reflejando un compromiso claro con la sostenibilidad y la economía circular en la industria.
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