Jordan Díaz: "Al salir a calentar en la final de París, me dio la impresión de que la lluvia no era buena señal."
En un reciente encuentro en Madrid el 30 de diciembre, el destacado saltador español Jordan Díaz, quien se alza como campeón olímpico tras su reciente victoria en París 2024, compartió sus sentimientos y retos al enfrentar condiciones climáticas adversas antes de la final olímpica. El atleta reveló que la lluvia, en particular, era motivo de preocupación, ya que puede influir significativamente tanto en el rendimiento como en la confianza del competidor. A pesar de obtener resultados excepcionales, que incluyen una medalla de oro en el Campeonato Europeo, Díaz subrayó que su verdadera meta no es solo ganar, sino superarse a sí mismo continuamente.
Díaz recordó con claridad el momento previo a la final: "Cuando salí de la presentación y vi que estaba lloviendo, me quedé diciendo ‘no me jodas’", relató en sus declaraciones a Europa Press durante la ceremonia de entrega de los Premios Silvestre. La lluvia, según su experiencia, puede alterar la concentración y generar inseguridades; "cuando estás corriendo y concentrado, el aire es suficiente, pero al caer la lluvia te sientes fuera de lugar. Además, hay el riesgo de resbalar, lo que complica la tabla", explicó el campeón en el triple salto.
El atleta hispano-cubano enfatizó que la lluvia impacta profundamente en la confianza de cualquier competidor. "Cada vez que llueve, siempre hay un atleta que enfrenta algún problema, eso está presente en tu mente. Por eso, las competiciones se tornan extremadamente desafiantes en estas condiciones. Afortunadamente, dejó de llover justo a tiempo; cuando escampó, pensé ‘¡gracias a Dios!’”, añadió Díaz, enfatizando el efecto psicológico que puede tener el clima sobre los atletas.
Aunque Díaz no suele revisar sus actuaciones pasadas porque no le gusta verse competir, reconoció que tanto el oro olímpico como el europeo son logros que considera "increíbles". Este ha sido, sin duda, un año "superespecial" para él, no solo por sus éxitos deportivos, sino también porque ha cumplido el sueño de competir por España, un anhelo que acariciaba desde su llegada al país. "Mi primera competición fue el Campeonato de Europa y en ese evento logré saltar más de 18 metros, algo increíble para mí. Ser parte del selecto grupo de ocho saltadores es un honor. Los Juegos Olímpicos han sido mi sueño desde la infancia", expresó con entusiasmo.
En el Campeonato de Europa, Díaz superó las expectativas al saltar hasta los 18,18 metros, lo que lo posicionó entre las mejores marcas de la historia. "Creo que la energía de la competición jugó un papel crucial. Desde el principio, había una atmósfera intensa que impulsó tanto a Pichardo como a mí a obtener un rendimiento excepcional. Fuimos los únicos que saltamos por encima de los 18 metros; nunca imaginé que podría lograrlo", comentó, consciente de que tales marcas suelen lograrse en días perfectos o en competiciones con condiciones ideales.
A lo largo de su carrera, Díaz ha mantenido una mentalidad de no obsesionarse con la victoria. "Mi meta no es solo ganar, sino siempre superarme. Puede que me ganen, pero si mejoro mis marcas, sé que estoy en el camino correcto. Siempre he sido reservado al respecto", afirmó en relación a su filosofía competitiva.
Al hablar de su rivalidad con el también destacado saltador Pedro Pablo Pichardo, el español lo describió como un competidor "espectacular". "No se puede negar que es un atleta increíble, con una técnica excepcional. Esta rivalidad nos empuja a ser mejores", dijo, destacando la importancia del compañerismo y la competencia en el deporte.
Díaz dejó claro que sus prioridades siguen centradas en la obtención de medallas más que en batir récords mundiales. "El récord del mundo puede suceder en cualquier competición, incluso en un evento menor. Lo crucial es estar presente en las grandes citas, compitiendo contra los mejores", aseguró, mostrando una mentalidad clara y enfocada en el rendimiento global.
Por último, el campeón de origen cubano reflexionó sobre las razones por las que su país es conocido por producir tantos talentosos saltadores. "Una clave es la determinación que tenemos para lograr grandes cosas con recursos limitados. Además, nosotros, como sociedad, aspiramos a superarnos constantemente, lo que lleva a algunos atletas a cambiar de nacionalidad en busca de mejores oportunidades", detalló Díaz, ilustrando las complejidades del deporte en su país natal.
Con una fuerte afirmación sobre el potencial cubano en el deporte, Díaz concluyó: "Cuando te otorgan la libertad de hacer lo que realmente deseas, ahí es donde se muestra el auténtico espíritu cubano. A lo largo de la historia, Cuba ha obtenido resultados impresionantes en el deporte, y si tuviéramos el respaldo económico adecuado, seríamos una potencia deportiva aún mayor".
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