Madrid, 1 de noviembre. La administración de Estados Unidos ha anunciado recientemente una significativa restricción en el acceso de la prensa a la Sala 140 del Ala Oeste de la Casa Blanca, un espacio clave junto al Despacho Oval. A partir de ahora, los periodistas deberán solicitar una "cita previa" que será evaluada y aprobada por los encargados de comunicación del gobierno.

Las autoridades justifican esta medida en la necesidad de reforzar la seguridad, alegando que los responsables de comunicación están expuestos a información sensible que ahora abarca también temas de seguridad nacional. Este cambio representa un nuevo capítulo en la relación cada vez más tensa entre el gobierno y los medios de comunicación.

En un comunicado, la Casa Blanca explicó: "Para salvaguardar la información confidencial y garantizar una coordinación eficaz entre el personal del Consejo de Seguridad Nacional y nuestras comunicaciones, el acceso a la Sala 140 estará restringido a aquellos periodistas que obtengan autorización por medio de una cita". Esta decisión añade una capa adicional de control sobre los reporteros que buscan información directamente de figuras clave como el director de comunicaciones, Steven Cheung, y la portavoz del gobierno, Karoline Leavitt, a quienes se les ha asignado la etiqueta de "prensa superior".

Esta reciente disposición se suma a otras limitaciones promovidas por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien ha implementado una política de medios en el Pentágono que considera a los periodistas como posibles "riesgos para la seguridad". Desde mediados de octubre, cualquier solicitud de información sensible puede ser motivo para restringir el acceso, un cambio que ha llevado a una falta de conferencias de prensa rutinarias y ha suscitado preocupación en el ámbito informativo.

Totalmente en desacuerdo con estas medidas, periodistas de importantes medios como ABC News, NBC News, CBS News, CNN, Associated Press, Reuters y Bloomberg han optado por no aceptar la nueva política, lo que ha resultado en la ausencia de una cobertura constante de los principales medios dentro del Pentágono.