La COP30 en Brasil prioriza la financiación climática ante la retirada de EE. UU. y las trabas de Trump.
Desde el 6 de noviembre, Belém, Brasil, se convertirá en el epicentro de la discusión internacional sobre el cambio climático en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas. La temática de la financiación climática será, una vez más, crucial en estos diálogos, donde muchos países asistirán sin haber presentado sus planes de acción nacionales (NDC), herramientas esenciales para delinear sus compromisos de reducción de emisiones.
Entre esos países, se encuentra la Unión Europea (UE), que se enfrenta a una votación decisiva el 4 de noviembre para concretar su objetivo de reducción de emisiones hacia 2040. Este paso es fundamental para establecer el alcance de su meta de 2035 en la cumbre. Ecologistas en Acción señala que la UE ha perdido parte de su influencia en la lucha climática, especialmente tras la reciente retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, una decisión que se materializará oficialmente en enero de 2026.
En los últimos meses, el expresidente estadounidense Donald Trump ha obstaculizado diversas iniciativas climáticas a nivel internacional. En contraste, el presidente chino Xi Jinping presentó a finales de septiembre la contribución de China a las metas climáticas globales.
Las principales metas de las Conferencias de las Partes (COP) son debatir las acciones necesarias para mantener el incremento de la temperatura global por debajo de 1,5°C. La Cumbre de Belém se enfocará en seis áreas clave: transición energética, financiación climática, conservación de bosques y biodiversidad, sistemas alimentarios sostenibles, justicia climática e inclusión social, y adaptación a los impactos del cambio climático.
Brasil, anfitrión de la COP30, ha formulado 30 objetivos fundamentales, que incluyen la intención de triplicar la capacidad de energías renovables y duplicar la eficiencia energética anual, al tiempo que se promueve una transición energética justa y sostenible.
La Cumbre se extenderá del 10 al 21 de noviembre, aunque antes, del 3 al 5 de noviembre, se llevará a cabo en São Paulo un Foro Empresarial y Financiero. La atención se redirigirá a Belém los días 6 y 7 con la reunión de líderes, con la participación del presidente español, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Uno de los temas destacados será la creación del Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), impulsado por Brasil, que busca ofrecer incentivos financieros a las naciones con bosques tropicales para preservar y aumentar su cobertura forestal. También se prevé el anuncio de un Llamado a la Acción sobre gestión del fuego, así como el Compromiso de Belém en combustibles sostenibles.
La COP30 también tiene como meta definir las reglas para un mercado global de carbono, respaldado por la ONU, que ha sido objeto de críticas por permitir a ciertos países cumplir con sus metas de emisiones mediante la compra de créditos de carbono. Greenpeace ha señalado que este enfoque permite que algunas empresas "compren el derecho a seguir contaminando".
Otro tema crucial será la financiación, con Brasil y Azerbaiyán presentando una 'Hoja de Ruta de Baku a Belém', que busca movilizar 1,3 billones de dólares anuales en financiamiento climático para países en desarrollo para el año 2035, siguiendo la resolución de la COP29 que instaba a la colaboración entre sectores.
Se anticipa que en esta ocasión se comunicará la actualización de los planes de acción nacionales de los países para la reducción de emisiones, que deben ser revisados cada cinco años. Hasta finales de septiembre, solo un 30% de los países del Acuerdo de París habían presentado sus planes actualizados.
En el caso de la UE, se espera que Bruselas defina su compromiso de reducción de emisiones, con la expectativa de que el 4 de noviembre se llegue a un acuerdo, ya que aún existen debates sobre los objetivos de 2035. Recientemente, se estableció un rango indicativo que apunta a una disminución de entre el 66,25% y el 72,5% respecto a 1990.
SEO/BirdLife se ha manifestado optimista respecto a que los países miembros de la UE lleguen a Brasil con una postura firme, aunque se muestran escépticos sobre si esta será realmente ambiciosa en términos de reducción de emisiones y el alejamiento de combustibles fósiles.
La influencia de Estados Unidos se dejará sentir en las discusiones de la Cumbre, aunque la agenda de Trump haya sacado al país del Acuerdo de París; la salida formal no se materializará hasta enero de 2026. Fuentes de Transición Ecológica han admitido que la administración anterior generó "tensión" en las negociaciones climáticas, aunque también reconocen el crecimiento de las inversiones en energías renovables dentro del país.
La presidencia brasileña ha incluido en la agenda de la COP30 actividades de ONG que suelen desarrollarse paralelamente. Con esta medida, Brasil busca crear un espacio que organice todos los esfuerzos y movilizaciones necesarias para implementar los acuerdos alcanzados.
El responsable de Clima y Energía de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz, ha comentado que estos espacios paralelos, aunque no son nuevos ni vinculantes, pueden desviar la atención de los esfuerzos en las negociaciones formales, restando efectividad a las organizaciones que buscan influir en los resultados de la cumbre.
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.