En medio de los enfrentamientos entre Hezbolá e Israel en la frontera sur de Líbano, las autoridades libanesas han confirmado la trágica cifra de al menos 1.640 personas fallecidas. Se reporta que entre los fallecidos se encuentran 104 niños y cerca de 200 mujeres, mientras que los heridos superan los 8.400. No se ha especificado el número de posibles desaparecidos bajo los escombros de los edificios destruidos por los ataques israelíes.

Según el ministro de Salud libanés, Firas Abiad, entre el 16 y el 27 de septiembre, cuando Israel intensificó sus ataques, murieron más de mil personas, incluyendo al menos 130 mujeres y niños, y más de 6.300 resultaron heridas. La violencia ha dejado una marca devastadora en la población civil de Líbano.

En un contexto de aumento de la violencia, Hamás lanzó ataques contra Israel, resultando en la muerte de 1.200 personas y el secuestro de casi 240. La respuesta brutal de Israel en la Franja de Gaza ha dejado más de 41.500 muertos, en su mayoría mujeres y niños, evidenciando el alto costo humano de este conflicto.

Por su parte, Hezbolá ha llevado a cabo una ofensiva en apoyo a la causa palestina, lo que ha resultado en muertes y la evacuación de miles de personas. A pesar de los ataques puntuales de Israel en el sur de Líbano, la ofensiva militar culminó con un ataque sobre Beirut que cobró la vida del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, aumentando aún más la tragedia en la región.