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Los ministros de Comercio de la UE se preparan para abordar las tensiones arancelarias con Trump en una reunión clave.

Los ministros de Comercio de la UE se preparan para abordar las tensiones arancelarias con Trump en una reunión clave.

Bruselas acoge hoy una reunión crucial entre los ministros de Comercio de la Unión Europea, centrada en evaluar las crecientes tensiones comerciales con Estados Unidos. Este encuentro se produce justo después de que la UE decidiera posponer sus represalias contra los aranceles impuestos por Donald Trump, priorizando la búsqueda de una solución negociada antes del 1 de agosto, la nueva fecha límite que el presidente estadounidense ha establecido para llegar a un acuerdo. De no alcanzarse un entendimiento, Estados Unidos podría implementar aranceles del 30% sobre productos europeos.

La reunión extraordinaria, convocada antes de que se concretara este ultimátum, será una oportunidad para que los 27 miembros de la UE exploren también las tensiones con China, anticipándose a una cumbre bilateral que se celebrará a finales de este mes. Además, abordarán la necesidad de fortalecer lazos comerciales con socios considerados más confiables, como Mercosur, con quien Bruselas firmó un acuerdo en diciembre pasado, pero cuya ratificación se encuentra paralizada debido a las objeciones de Francia.

Desde que en abril Trump anunciara un paquete de aranceles sobre productos europeos esenciales, Maros Sefcovic, comisario de Comercio y representante de la UE en las negociaciones con Washington, ha estado buscando un acuerdo básico que sirva como un "marco confiable" para futuras discusiones sobre un verdadero pacto comercial entre ambas partes.

A pesar de la reciente tregua, las exportaciones europeas a EE. UU. siguen enfrentando aranceles elevados: un 50% para el acero y el aluminio, un 25% para automóviles y componentes, y un 10% generalizado para otros productos. En total, Estados Unidos aplica aranceles sobre el 70% de las importaciones europeas.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, había alcanzado un acuerdo con Trump para acelerar las negociaciones antes del 9 de julio. Sin embargo, reconoció que era "imposible" alcanzar un pacto detallado para esa fecha, y tras las recientes amenazas de EE. UU. de imponer nuevos aranceles, ha indicado que el plazo para un acuerdo de mínimos se ha extendido por tres semanas más.

Los países europeos buscan un consenso rápido, con la intención de no perder la oportunidad del nuevo calendario marcado por la Casa Blanca. No obstante, son conscientes de que cualquier acuerdo alcanzado sería de carácter preliminar y, como ha señalado un alto funcionario, representaría solo el comienzo de un proceso más amplio que requerirá un mandato unificado de los 27 para su desarrollo.

Durante la reunión, el ministro español de Economía, Carlos Cuerpo, asistirá en representación de su país, y los ministros examinarán la denominada "doble vía" que propone el Ejecutivo comunitario frente a Washington: continuar el diálogo mientras se diseñan contramedidas que, por el momento, no se activarían si se mantiene una línea de comunicación abierta con la administración de Trump.

Si bien Alemania ha sido la voz más clara pidiendo permanecer cautos y buscar una solución dialogada, en las últimas horas también se han alineado países como Francia, España e Italia, reafirmando su apoyo a la estrategia de la UE y sugiriendo que las medidas de represalia deben esperar mientras siga vigente la disposición de negociar hasta el 1 de agosto.

La primera fase de aranceles europeos, que afecta a alrededor de 21.000 millones de euros en importaciones estadounidenses, se mantendrá en pausa hasta esa fecha, mientras el Ejecutivo de Von der Leyen tramita urgentemente una extensión de esta moratoria. Las fuentes comunitarias aseguran que esto evitará la reactivación de los aranceles programados para mañana, a pesar de que el visto bueno formal de los 27 llegará posteriormente.

La segunda fase, inicialmente destinada a impactar sobre 95.000 millones en importaciones de EE. UU. pero que fue recortada tras las demandas de varias capitales, también permanece estancada y aún no se ha iniciado el proceso para su adopción. La UE sostiene que está lista para activarla rápidamente si fuese necesario, aunque no ha especificado cifras concretas ni las condiciones que llevarían a su aprobación.

Adicionalmente, se contempla una tercera vía de respuesta ante la presión estadounidense, que incluye un mecanismo diseñado para actuar frente a influencias económicas externas que busquen forzar decisiones desfavorables para los intereses europeos, como la relajación de estándares de acceso al mercado común o cambios legislativos indeseados.

Algunos países, como Francia, sugirieron esta opción en las fases iniciales del conflicto arancelario, especialmente con el objetivo de poner freno a las grandes empresas tecnológicas de EE. UU. Sin embargo, Von der Leyen señaló recientemente que la UE no se encuentra en esa etapa en este momento, argumentando que el mecanismo de anticoerción fue creado para "situaciones extraordinarias" y que aún no hemos llegado allí.

En un ambiente marcado por la búsqueda de nuevas alianzas comerciales, los ministros dedicarán tiempo a explorar relaciones con socios considerados "fiables", destacando que, frente al panorama geopolítico actual, la Unión Europea se presenta como un socio "maduro y estable" para la actividad empresarial, según apuntan fuentes europeas.

Un ejemplo de estas iniciativas es el acuerdo político anunciado con Indonesia, que busca establecer un Tratado de Libre Comercio para septiembre, así como el objetivo de cerrar un acuerdo similar con India antes de fin de año.

Por último, la Comisión informará sobre los avances en la implementación del acuerdo con Mercosur, firmado en diciembre del año pasado. Los textos legales necesarios para iniciar la ratificación en el Consejo y el Parlamento Europeo se preveían presentar a finales de junio, pero han sido pospuestos en favor de las conversaciones con EE. UU., dejando dudas sobre cuándo se discutirá el Tratado en la reunión de los 27.

Bruselas, junto con Alemania y España, subraya la urgencia de culminar la ratificación del pacto con Mercosur, con la esperanza de que la propuesta esté lista antes del receso veraniego. Sin embargo, las objeciones del gobierno francés han generado frustración, ya que muchos ven en el acuerdo con el Cono Sur una oportunidad para mitigar parte de las pérdidas que ocasionan los aranceles estadounidenses.