Una escalada de violencia ha dejado a Líbano en estado de emergencia, con más de 1.800 personas heridas y al menos 550 muertos, incluidos 50 niños, a causa de los bombardeos realizados por el Ejército de Israel en respuesta al recrudecimiento de las hostilidades con Hezbolá, el grupo miliciano chií.
Según el ministro de Sanidad libanés, Firas Abiad, los ataques israelíes se han centrado principalmente en el sur y el valle de la Becá, aunque la capital, Beirut, también ha sido afectada. La cifra de heridos ha alcanzado los 1.835, con el personal médico trabajando incansablemente para atender las necesidades de los pacientes en medio de la crisis.
Se han reportado ataques a instalaciones médicas, como el Centro Médico de Ainata y el Hospital Público de Bint Yebeil, lo que pone en riesgo la capacidad de respuesta de los servicios de salud en medio de la situación de emergencia.
El Ejército israelí ha lanzado una segunda oleada de ataques contra objetivos de Hezbolá, lo que ha desencadenado una respuesta por parte del grupo miliciano con el lanzamiento de decenas de proyectiles hacia posiciones militares en Israel. La escalada de violencia se suma a una serie de incidentes que han cobrado la vida de decenas de civiles en la región.
Las tensiones entre Israel y Líbano se suman a los conflictos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, donde la violencia ha dejado a más de 41.400 muertos. Las hostilidades se han extendido a lo largo de la región, involucrando a grupos como Hamás, facciones palestinas, hutíes y milicias proiraníes de Irak, con consecuencias devastadoras para la población civil.
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