Los menores también crean y comparten sus propias imágenes sexuales explícitas y utilizan herramientas de inteligencia artificial (IA) generativa para generar fotografías realistas de personas de su edad desnudas sin consentimiento, lo que aumenta los riesgos de abuso sexual a niños y adolescentes en el entorno digital y destaca la necesidad de una comprensión amplia para protegerlos de manera efectiva.

La tecnología de IA generativa es un fenómeno reciente, pero comportamientos como el acoso, el hostigamiento y el abuso, cuando se combinan, pueden causar un daño que trasciende lo digital y tiene consecuencias graves, especialmente para los menores.

Estas conclusiones se extraen del informe 'Perspectivas de los jóvenes sobre la seguridad en línea, 2023', realizado por Thorn, una organización estadounidense dedicada a crear tecnologías para prevenir el abuso sexual infantil, en colaboración con la consultora BSG.

La investigación se centra en menores de entre 9 y 17 años en Estados Unidos y sus interacciones con la tecnología, pero sus hallazgos reflejan una realidad aplicable a otras sociedades con comportamientos similares en entornos digitales.

Los menores utilizan redes sociales, como YouTube (98%), TikTok (84%), Roblox (80%), Minecraft (78%) y Fortnite (73%), más allá de las restricciones establecidas por estas plataformas. Además, también se aventuran en servicios dirigidos a adultos, como aplicaciones de citas, en busca de experiencias románticas o sexuales.

Los datos recopilados entre el 3 de noviembre y el 1 de diciembre de 2023 revelan que el 17% de los menores utilizó aplicaciones de citas como Tinder, Grindr o Hinge, y un porcentaje similar (16%) visitó sitios web de pornografía, con mayor frecuencia en adolescentes que en niños menores de 12 años.

El acceso a internet conlleva riesgos: el 59% informó haber tenido experiencias perjudiciales en línea y el 35% haber tenido interacciones de índole sexual con otros menores de 18 años (28%) o con supuestos adultos (28%).

Estas interacciones ocurren principalmente en aplicaciones como Omegle (36%), Kik (23%), Snapchat (23%), Telegram (22%), Instagram (20%) y Marco Polo (20%).

Uno de los peligros que enfrentan los menores es la sextorsión, donde se amenaza con difundir imágenes explícitas si no se cumple con las exigencias del agresor. El informe revela que uno de cada 17 menores ha sido víctima de sextorsión.

Además, los menores comparten sus propios videos y fotos explícitos, algunos incluso con desnudos u otras personas, siendo considerado normal por un cuarto de ellos. Aunque la mayoría (83%) comparte estas imágenes con personas conocidas offline, el 46% las envía exclusivamente a conocidos digitales.

El 7% reconoce haber reenviado imágenes de otras personas sin consentimiento, el 19% haber visto imágenes reenviadas sin permiso y el 38% culpar a la víctima por la difusión de las imágenes.

Los menores también utilizan herramientas de IA para crear imágenes realistas, conocidas como 'deepfakes'. Aunque la mayoría no cree que sus compañeros utilicen estas herramientas para crear imágenes explícitas, el informe revela que el 11% conoce casos en los que sí se han creado.

Los responsables del estudio advierten que, aunque estos eventos suelen ser impulsados por la mala conducta de los adolescentes antes que por el abuso sexual, los daños para las víctimas son reales y no deben minimizarse ni atribuirse a la tecnología utilizada.

Por último, el informe destaca la importancia de hablar abiertamente sobre los daños causados por los 'deepfakes' y reforzar la comprensión de qué comportamientos son inaceptables en las comunidades y escuelas, independientemente de la tecnología empleada.

El objetivo principal de este estudio es proporcionar datos que refuercen las estrategias de prevención y fomentar más investigaciones para desarrollar sistemas efectivos que protejan a los niños en línea. Es esencial comprender a fondo los riesgos que enfrentan los menores para poder protegerlos de manera adecuada en el entorno digital.