En la capital española, del 11 al 15 de noviembre, el Patronato de Acción Social de la Fundación CARF se prepara para llevar a cabo la 29ª edición de su celebrado mercadillo solidario. Esta iniciativa tiene como objetivo apoyar la formación integral de seminaristas, sacerdotes diocesanos, así como de religiosos y religiosas de diversas partes del mundo.

La actividad tendrá lugar en la parroquia de San Luis de los Franceses, y los madrileños podrán visitar el mercadillo de forma continua entre las 11:00 y las 21:00 horas. Este año, más de cien voluntarios han contribuido con generosas donaciones de muebles, ropa y artículos del hogar para ayudar en esta noble causa.

Carmen Ortega, una de las presidentas del Patronato de Acción Social de la Fundación CARF, compartió el entusiasmo de los colaboradores: "Hemos superado la cantidad de apoyo que hemos recibido en años anteriores. La comunidad ha respondido con gran generosidad, ofreciendo objetos que, a menudo, tienen un valor sentimental considerable. Muchos nos traen recuerdos familiares que les cuesta soltar, pero lo hacen con una sonrisa, conscientes de que su donación tendrá un impacto positivo".

Entre los contribuciones más destacadas este año, Ortega mencionó dos que tienen un significado especial: "Recibimos unos bellísimos mantones de manila, que nunca pasan de moda, así como una antigua talla de Santa Teresa, donada por una colaboradora que la heredó de su madre. A pesar de su apego emocional, ella entendió que desprenderse de la talla era un acto que valía la pena por el bien de la formación de nuestros seminaristas".

Los fondos recolectados a lo largo de este mercadillo se destinarán a la capacitación de jóvenes seminaristas y sacerdotes en todo el mundo. Parte de lo recaudado también se utiliza para financiar mochilas que contienen vasos sagrados, que se entregan a cada seminarista al concluir su formación en Roma y Pamplona, antes de regresar a sus países de origen.

Un ejemplo de los beneficiarios es Ángel David Álvarez Ramírez, originario de México y estudiante en las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra. Él recibirá su mochila con vasos sagrados al culminar su formación, y reflexiona sobre su vocación: "La Renovación de la fe en mis padres fue la chispa que encendió la vocación que Dios me ha otorgado, y sigo alimentándola cada día".