El pueblo de Líbano sigue sufriendo los impactos devastadores de los bombardeos perpetrados por el Ejército de Israel, que una vez más ha atacado la capital Beirut en una campaña de ataques aéreos que ya ha dejado más de 600 muertos y miles de heridos desde el inicio el lunes. La brutalidad de las Fuerzas de Defensa de Israel se ha vuelto a hacer presente en medio de la ciudad, sin importar las vidas inocentes que se pierden en el proceso.

El mensaje lacónico difundido por el Ejército israelí a través de sus redes sociales no da detalles sobre el objetivo de este nuevo ataque, dejando más incertidumbre y miedo en la población afectada. Las acciones militares continúan sin tregua, sin importar las peticiones de alto el fuego que han surgido desde la comunidad internacional.

La escalada de la violencia se intensifica con cada bombardeo, y esta vez no solo se han cobrado la vida de seis personas en Beirut, sino que también han acabado con el líder de la unidad de misiles de Hezbolá, Ibrahim Mohamad Kobeisi, y otros altos cargos del grupo. El conflicto entre Israel y Líbano se prolonga, sin signos de detenerse en el corto plazo.

Las llamadas a una tregua temporal de 21 días por parte de Estados Unidos y Francia han caído en saco roto, ya que Benjamin Netanyahu ha ordenado a su Ejército continuar con las operaciones a máxima potencia contra su vecino. La población civil de Líbano vive bajo la constante amenaza de nuevos ataques, sin encontrar respiro ni seguridad en medio de la destrucción y el caos.