MADRID, 20 Nov.
El presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal, el cardenal Juan José Omella, ha vuelto a pedir "perdón a todas las personas", especialmente a las víctimas y sus familias, que han sufrido abusos sexuales y ha recordado que, "desde hace ya tiempo", están "endureciendo y revisando" todos sus protocolos de seguridad y formación.
Durante su discurso inaugural en la CXXIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que se celebra del 20 al 24 de noviembre en la sede de la CEE, Omella ha afirmado que el informe, elaborado por el Defensor del Pueblo, sobre casos de abusos a menores en el seno de la Iglesia que les "ha llenado de tristeza".
"De ninguna manera, pretendemos buscar excusas o justificaciones para eludir cualquier responsabilidad que pueda correspondernos como Institución. Con franqueza y sin rodeos, manifestamos que entendemos y valoramos completamente el daño causado. Como en otras ocasiones, queremos expresar sin ambages la vergüenza y la pesadumbre que causa en nosotros esta realidad que traiciona el mensaje del Evangelio", ha manifestado, para nuevamente pedir "perdón a todas las personas que han sufrido debido a estas execrables acciones".
En este sentido, ha añadido que "no hay palabras suficientes" para expresar cuánto lamentan "su dolor, así como la traición cometida por parte de algunos miembros" de sus comunidades.
No obstante, ha destacado que, "permanentemente, y desde hace ya tiempo", están "endureciendo y revisando todos" sus protocolos de seguridad y formación, así como "colaborando estrechamente con las autoridades civiles para garantizar que los responsables de esta clase de actos sean llevados ante la justicia". "Instamos a cualquier persona que haya sufrido abusos a que se acerque a los organismos correspondientes en cada diócesis", ha subrayado.
"Nos mostramos plenamente dispuestos a escuchar, apoyar, reparar y ofrecer la ayuda que necesiten para sanar las heridas. Observamos con mucha esperanza el camino que está haciendo la Iglesia para evitar que puedan producirse nuevos abusos sexuales en el futuro. Y, en el caso de que alguno se pudiera producir, sepamos reaccionar con rapidez y eficacia", ha dicho.
Al mismo tiempo, Omella ha manifestado "el dolor y el malestar" que han sufrido ante la "difamación publica causada por una intencionada y errónea extrapolación" de los datos de la encuesta llevada a cabo por GAD3 y publicada en el Informe del Defensor del Pueblo.
"¿Qué finalidad hay detrás de este disparate? Es especialmente preocupante para nosotros que esto haya generado una imagen perjudicial de nuestra misión en general. Es injusto que se les atribuya el mal causado por una minoría. Dicha situación es inaceptable y exige una revisión exhaustiva e imparcial de los datos, para corregir cualquier sesgo que pueda haber sido extrapolado de manera maliciosa", considera.
Además, el presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal han asegurado que han revisado la información sobre la referida encuesta que aporta el Defensor del Pueblo en su informe y les "resulta imposible confiar en la veracidad y fiabilidad de tales resultados".