MADRID, 16 Nov. - Diez detenidos y siete heridos es el saldo de las protestas en la sede del PSOE en Ferraz por la ley de amnistía. La manifestación, que reunió a unos 4,000 participantes, fue dispersada por la Policía Nacional con el uso de cargas policiales cerca de la medianoche. Los manifestantes más radicales, vestidos de negro y encapuchados, provocaron disturbios lanzando botellas de cristal, petardos y encendiendo bengalas. Además, se produjeron enfrentamientos entre manifestantes violentos y las fuerzas del orden.
El caos se desató cuando los manifestantes derribaron las vallas que protegían la sede socialista y arrojaron bengalas hacia los agentes y los medios de comunicación presentes. Las cargas policiales provocaron que los participantes huyeran corriendo por las calles cercanas, incluso llegando a afectar el tráfico en la céntrica calle Princesa. Durante el tumulto, se prendieron fuego a los contenedores ubicados en la vía pública.
Esta jornada de protesta fue la decimocuarta en la sede del PSOE y se llevó a cabo como rechazo a los pactos con los independentistas catalanes y la ley de amnistía. Cabe destacar que ese mismo día, Pedro Sánchez fue reelegido presidente del Gobierno.
La manifestación comenzó de manera pacífica, con asistentes de todas las edades y presencia de jóvenes portando banderas de España. Sin embargo, a medida que avanzaba la tarde, se intensificaron los cantos y los insultos contra Sánchez, Puigdemont, el ministro Marlaska y otros líderes políticos. También se realizaron ataques a los medios de comunicación, acusándolos de manipuladores.
En primera fila, se encontraban miembros del partido de extrema derecha Democracia Nacional, portando carteles que afirmaban "Cataluña es España". Detrás de ellos, un grupo de personas enarbolaba banderas de la marca juvenil "Revuelta", que respalda a Vox. La tensión aumentó cuando se encendieron bengalas y se lanzaron objetos a los agentes, obligando a estos a ponerse el casco protector.
En resumen, la protesta pacífica en la sede del PSOE en Ferraz se convirtió en un enfrentamiento violento entre los manifestantes más radicales y la Policía Nacional. Diez personas fueron detenidas y siete resultaron heridas. Estas manifestaciones son una muestra del descontento hacia los pactos políticos y la ley de amnistía por parte de un sector de la sociedad española.