El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha resaltado la solidez de las relaciones políticas y económicas con Mongolia durante su visita al país vecino. Este viaje representa un desafío directo al Tribunal Penal Internacional (TPI), ya que las autoridades mongolas deberían ejecutar una orden de arresto contra el mandatario ruso por crímenes de guerra en Ucrania, emitida en marzo de 2023.
En un encuentro con el presidente mongol, Ukhnagin Khurelsukh, Putin destacó que las relaciones entre Rusia y Mongolia se desarrollan en todos los ámbitos. Ambos líderes se han marcado como objetivo establecer una asociación estratégica entre los dos países.
Como gesto político, Putin ha invitado a su homólogo mongol a participar en la próxima cumbre de líderes del BRICS en Kazán, programada para diciembre, y a las celebraciones del Día de la Victoria en 2025. Entre los acuerdos económicos firmados se encuentra uno para garantizar el suministro de productos petroleros, según informaron agencias oficiales rusas.
Esta visita de Putin a Mongolia es la primera desde el año 2019 y cobra especial importancia debido a que el presidente ruso no había visitado un Estado miembro del TPI desde que se dictó la orden de arresto en su contra. Según el Estatuto de Roma, las autoridades mongolas están obligadas a cumplir con dicha orden.
El vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dimitri Medvedev, ha elogiado la decisión del Gobierno de Mongolia de ignorar la orden del TPI y a los políticos europeos que han solicitado su cumplimiento en los últimos días. Medvedev expresó su preocupación por la posibilidad de que alguien lleve a cabo esa orden ilegal, si fuera un juez o fiscal del supuesto tribunal, según publicó en su cuenta de Telegram.
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