En un giro significativo en su política financiera, Telefónica ha comunicado que recortará a la mitad el dividendo que prevé distribuir a partir de los resultados de 2026, dejándolo en 0,15 euros por acción. Esta decisión fue informada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y marca un hito dentro de su nuevo plan estratégico, diseñado para revitalizar la salud financiera de la empresa.

Los accionistas recibirán el dividendo correspondiente a 2026 en junio de 2027, un movimiento que refleja la clara intención de la compañía de fortalecer su balance. Marc Murtra, presidente de Telefónica, ya había anticipado este enfoque en la junta de accionistas del pasado abril, al hablar de la necesidad de implementar una "disciplina financiera de hierro".

La empresa ha subrayado que su política de dividendos es esencial dentro de su estrategia general de asignación de capital. Telefónica planea que los pagos a los accionistas se basen en el flujo de caja libre, tras realizar inversiones estratégicas en su futuro y mantener un nivel de endeudamiento sostenible.

A partir de ahora, se espera que la remuneración a los accionistas durante los ejercicios 2027 y 2028 oscile entre el 40% y el 60% del flujo de caja libre, lo que refleja un enfoque más conservador y responsable hacia la distribución de recursos.

A pesar de este ajuste en el futuro dividendo, la compañía ha decidido mantener el compromiso por el dividendo correspondiente a 2025, que se fijará en 0,3 euros por acción, distribuyéndose en dos pagos: uno en diciembre de este año y otro en junio de 2026.

En términos de expectativas de crecimiento, Telefónica proyecta un aumento en los ingresos y en el resultado bruto de explotación (EBITDA) ajustado de entre el 1,5% y el 2,5% para el período 2026-2028. Para los años posteriores, hasta 2030, las previsiones indican un crecimiento más optimista, apuntando a un rango del 2,5% al 3,5%.

Además, la compañía contempla una reducción en su margen de inversión de capital (capex) en relación a los ingresos, que se espera que se sitúe alrededor del 12% entre 2026 y 2028, descendiendo al 11% en el periodo siguiente hasta 2030. Este enfoque busca maximizar la eficiencia y asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo.