24h España.

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Tesla podría obtener más de 970 millones de dólares vendiendo créditos de carbono a otros fabricantes.

Tesla podría obtener más de 970 millones de dólares vendiendo créditos de carbono a otros fabricantes.

Con el objetivo de alinearse a la normativa europea que busca una significativa reducción de las emisiones contaminantes, Tesla se posiciona como un actor crucial en este nuevo escenario.

MADRID, 8 Ene.

La compañía estadounidense de vehículos eléctricos podría generar ingresos de hasta 1.000 millones de dólares, equivalentes a más de 971 millones de euros, mediante la venta de créditos de carbono a otros fabricantes de automóviles tradicionales. Este movimiento permitiría a las marcas cumplir con las exigencias establecidas por la normativa europea conocida como ‘CAFE’, diseñada para limitar las emisiones de gases contaminantes.

Según una investigación elaborada por UBS, una entidad suiza, Tesla estaría en vías de establecer una colaboración con gigantes de la industria como Toyota, Stellantis y Ford para gestionar de manera común las emisiones de dióxido de carbono.

La esencia de este acuerdo radica en la posibilidad de que las empresas tradicionales promedien las emisiones de sus flotas. De este modo, los fabricantes que venden menos vehículos eléctricos podrían compensar su cuota de emisiones a través de las ventas de Tesla, que superan ampliamente los estándares requeridos por la nueva normativa europea.

El informe de UBS indica que la compensación que podría recibir Tesla por su contribución a las emisiones podría exceder los 1.000 millones de euros si capitaliza completamente su posición en este mercado. En paralelo, otras marcas como Volvo, que tiene en mente formar una alianza similar con la alemana Mercedes-Benz, podrían beneficiarse de este fondo de compensación, recibiendo hasta 300 millones de euros, según proyecciones realizadas previamente en agosto.

En este contexto, Renault ha expresado públicamente su oposición a este sistema de mancomunación de certificados de emisiones. La firma francesa sostiene que, si se permitiera este mecanismo, podría debilitar la competitividad de la industria automotriz europea a medio y largo plazo, particularmente frente a sus contrapartes estadounidenses y, aún más, a las asiáticas.

Desde el grupo Renault, liderado por el italiano Luca de Meo, se está demandando a las autoridades de Bruselas mayor transparencia respecto a la futura hoja de ruta climática que la Comisión Europea, presidida por la alemana Úrsula Von der Leyen, está planificando implementar.

Desde el 1 de enero, ya es vigente la normativa ‘CAFE’ (Corporate Average Fuel Economy, por sus siglas en inglés), que estipula que las emisiones de dióxido de carbono de los automóviles vendidos en los 27 países de la Unión Europea deben reducirse a 93,6 gramos por kilómetro.

Los fabricantes que no cumplan con estos límites se arriesgan a enfrentar sanciones que pueden alcanzar hasta 95 euros por cada gramo de exceso, lo que podría traducirse en multas millonarias para las marcas que no logren los objetivos de ventas de vehículos ‘cero emisiones’ establecidos en el reglamento comunitario.

De cara al futuro, la normativa ‘CAFE’ exige que las emisiones medias de CO2 en los automóviles de cada fabricante disminuyan un 15% en comparación con los niveles de inicio de década. El límite que entrará en vigor en 2025 será aún más restrictivo, fijándose en 49,5 gramos de CO2 por kilómetro, con la intención de implementar en 2035 una prohibición casi total de la venta de vehículos con motores de combustión, ya sean de gasolina o diésel.