En medio de la devastadora guerra en Ucrania, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) ha emitido una alarma sobre el aumento de víctimas civiles en el país durante el verano. Desde el inicio de la guerra en el año 2022, desencadenada por la invasión ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, este trimestre ha sido el más mortífero hasta la fecha.

Según información proporcionada por el NRC, más de 3.200 personas resultaron heridas o fallecieron entre junio y agosto de este año, lo que representa un aumento del 33,7% en comparación con el mismo período del año anterior. Estos datos subrayan el alto precio que los civiles están pagando como consecuencia de la guerra en Ucrania.

El informe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos revela que 590 personas perdieron la vida y otras 2.685 resultaron heridas debido a los ataques rusos en el trimestre, siendo julio el mes más letal, con 244 fallecidos y más de 1.100 heridos. Esta situación ha generado preocupación ante el aumento de la violencia en el país.

A lo largo de más de dos años y medio de conflicto, Ucrania ha sufrido un incremento en los ataques rusos, tanto contra civiles como contra infraestructuras críticas. Las instalaciones de energía, escuelas y hospitales se han convertido en blancos habituales de los bombardeos, dejando a la población en una situación vulnerable y desamparada.

El director del NRC en Ucrania, Roberto Vila-Sexto, ha expresado su preocupación ante el sufrimiento de los civiles y el impacto que estos ataques tienen en la población. La destrucción de la infraestructura energética ha dejado a muchos desplazados sin acceso a servicios básicos, aumentando la precariedad de su situación.

La pérdida de capacidad energética en Ucrania ha sido significativa desde el inicio del conflicto, lo que ha generado una mayor presión sobre la población desplazada, especialmente de cara al próximo invierno. Los ataques continúan agravando la crisis humanitaria en la región, dejando a los más vulnerables en una situación de extrema precariedad.

Valentina, una residente de Kiev de 63 años, ha compartido su experiencia con el NRC, describiendo cómo ha vivido el sonido de explosiones y alarmas antiaéreas en su día a día. La población civil está expuesta a un constante peligro y sufrimiento, lo que pone de manifiesto la urgencia de poner fin a esta guerra.

El llamado a respetar el Derecho Internacional Humanitario y a proteger a los civiles y las infraestructuras civiles es un mensaje clave que el NRC y otras organizaciones humanitarias han destacado en medio de este conflicto. Es fundamental garantizar la seguridad y el bienestar de la población afectada por la guerra en Ucrania.

Además de las víctimas en Ucrania, el NRC ha confirmado que también ha habido ataques con misiles y drones contra territorio ruso, con al menos 91 personas fallecidas y más de 450 heridas desde febrero de 2022. La espiral de violencia y sufrimiento se extiende más allá de las fronteras, afectando a civiles de ambos lados del conflicto.