El panorama económico para Yamaha se presenta complicado, según los recientes informes financieros emitidos por la empresa japonesa el 5 de noviembre. Durante los primeros nueve meses de este año, la compañía reportó un beneficio neto de 43.400 millones de yenes, lo que equivale a 245,7 millones de euros. Este resultado representa una drástica reducción del 68,1% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Los ingresos totales durante este período se situaron en 1,91 billones de yenes, aproximadamente 10.817 millones de euros, marcando una disminución del 3,4% respecto al año precedente. Las razones detrás de esta caída se encuentran, en gran parte, en la reducción de las ventas de unidades en su línea de Vehículos Terrestres para Exteriores y en la disminución de ventas de motos acuáticas en su división de Productos Marinos.

Desglosando los ingresos por divisiones, la sección de movilidad terrestre generó 1,23 billones de yenes, lo que supone un descenso del 1,4% en comparación con el mismo período de 2022. Por otro lado, la división de productos marinos tuvo una reducción de ingresos del 3,9%, mientras que la categoría de vehículos terrestres para exteriores vio una caída aún más marcada del 19,2%.

El negocio de robótica no se salvó de esta tendencia negativa, con una disminución del 2% en las ventas, alcanzando 75.900 millones de yenes, equivalentes a unos 430 millones de euros. Asimismo, su área de servicios financieros experimentó una ligera contracción del 0,2%. En cuanto a "otros productos", la compañía reportó una fuerte caída de ingresos del 27,9%.

En términos de resultados operativos, el número también es alarmante. Yamaha registró un resultado operativo de 112.400 millones de yenes, que se traducen en 636 millones de euros, un descenso del 44,1% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

A pesar de este panorama desafiante, Yamaha ha decidido dejar intactas sus proyecciones para el año fiscal 2025. La compañía mantiene la expectativa de alcanzar un beneficio neto de 45.000 millones de yenes (254 millones de euros) y unos ingresos de 2,57 billones de yenes (14.556 millones de euros), a pesar de los signos de debilitamiento en el presente ejercicio.