El destacado tenista español Carlos Alcaraz volvió a estar en el centro de la atención este miércoles al abordar las críticas que ha recibido debido a su decisión de no participar en el Masters 1000 de Shanghái por una lesión. Sin embargo, su presencia en el torneo de exhibición 'Six Kings Slam' ha suscitado interrogantes sobre sus prioridades y su estado físico.

Alcaraz, actual líder del ranking mundial, explicó que aunque comprende las preocupaciones de los fanáticos y medios, hay una diferencia significativa entre un torneo de exhibición y los torneos oficiales. “La gente a veces no capta la intensidad que implica un evento de dos semanas. En las exhibiciones, el esfuerzo mental y físico es mucho menor, lo que nos permite disfrutar del juego en un ambiente más relajado”, declaró durante una entrevista con la agencia PA.

El joven talento resaltó las características de los torneos de exhibición. “Se trata de un formato completamente distinto. Participar en una exhibición implica un par de días de diversión, en contraposición a los 15 o 16 días de riesgo y presión que conllevan los grandes torneos”, expuso Alcaraz, justificando así su participación en el 'Six Kings Slam'.

En cuanto a su condición física, Alcaraz aseguró que su recuperación marcha bien, a pesar de no sentirse en su mejor forma aún. “Estoy trabajando en ello y aunque no me siento al 100%, he notado mejoras. Hay cierta duda cuando juego, pero estoy confiado en que podré rendir bien en este torneo”, comentó el tenista murciano.

Como primer cabeza de serie en el 'Six Kings Slam', que se celebra esta semana en Arabia Saudí, Alcaraz competirá contra destacados jugadores como Jannik Sinner, Novak Djokovic, Alexander Zverev, Taylor Fritz y Stefanos Tsitsipas. El evento, que forma parte de la Riyadh Season, será transmitido por Netflix y promete atraer la atención de aficionados de todo el mundo.

Alcaraz tiene un 'bye' para las semifinales y se medirá a Fritz o Zverev el próximo jueves. Su objetivo en esta edición es superar el desempeño del año anterior, cuando Sinner se coronó campeón y se llevó a casa un premio espectacular de seis millones de dólares, el mayor en la historia del tenis.