**MADRID, 26 de junio.** En las últimas horas, **Alejandra Rubio** se ha encontrado en el centro de la polémica tras la publicación de un vídeo en redes sociales por parte de su pareja, donde ambos visitan la prisión de los hermanos **Rocco** y **Pietro Costanzia** para celebrar su cumpleaños. Sin embargo, la controversia no gira en torno a la visita en sí, sino a la exposición de un momento tan íntimo en una plataforma pública, lo que inevitablemente ha generado un intenso debate.

El programa **'Vamos a ver'** abordó el tema este miércoles, dando pie a que la hija de **Terelu Campos** expresara su malestar por las opiniones de sus compañeros sobre la coherencia de su postura acerca de mantener su vida privada alejada de los focos mediáticos. En un intercambio con figuras como **Adriana Dorronsoro**, **Alessandro Lequio** y **Antonio Rossi**, Alejandra mostró una reacción vehemente que acaparó la atención del público.

Durante la emisión, el presentador **Joaquín Prat** le lanzó una advertencia clara: "A ver si te ubicas ya. Aquí no vienes con el enemigo. Te hemos tratado siempre de maravilla". Este comentario repercutió en las redes, provocando que **Alejandra** decidiera responder a la controversia.

En un intento de aclarar su postura, Alejandra utilizó sus propias redes sociales para manifestar sus sentimientos sobre la situación. Se describió como “tremendamente incomprendida”, aunque también admitió que “puede ser que sea mi culpa en gran parte” porque decidieron compartir una faceta menos agradable de sus vidas. Aclaró que no ha monetizado esta circunstancia ni se ha beneficiado económicamente de ella, lo que contrasta con su pareja y su suegro, quienes han capitalizado su visibilidad mediática.

Lo que quizás Alejandra no toma en cuenta es su prolongada vinculación con el mundo de la televisión, donde ha estado expuesta desde antes de nacer debido a su linaje familiar. La nieta de **María Teresa Campos** ha admitido que comete errores, pero siente que existe una expectativa de fallar que es utilizada como justificación para criticarla.

Asimismo, expresa un anhelo por la conexión humana, deseando “calor” y “buenas palabras” en lugar de reproches, aunque sin especificar de quién espera eso. Reconoce que el entorno en el que trabaja no siempre se nutre de ese tipo de cercanía. De nuevo, reafirma que no busca lucrar con su vida personal ni comparte la misma filosofía que aquellos de su familia que eligen hablar abiertamente sobre sus vivencias.