El Festival de Cine de San Sebastián se convirtió en el escenario perfecto para la deslumbrante aparición de Angelina Jolie este domingo, quien llegó al Kursaal con motivo de la presentación de su nueva película, 'Couture'. La aclamada actriz, en su primera visita a esta emblemática ciudad vasca, cautivó a todos con su calidez y simpatía, interactuando con sus admiradores y accediendo a tomarse selfies, todo ello rompiendo un poco con el protocolo habitual.

Con un look que encarnaba el lema 'menos es más', Jolie optó por un vestido negro sencillo y elegante, acompañado de su cabello rubio suelto. Su presencia no solo atrajo miradas por su belleza, sino también por el mensaje que trajo consigo al evento. En medio del glamour cinematográfico, la actriz compartió sus preocupaciones sobre la situación actual de Estados Unidos, afirmando que, aunque ama su país, en este momento no lo reconoce. Su advertencia hacia el cuidado de las palabras en estos tiempos complicados resonó en la audiencia.

En sus propias palabras, “Siempre he vivido a nivel internacional, mi vida y mi visión también son globales. Cualquier restricción a la libertad de expresión es un peligro. Estamos en un momento difícil y eso merece reflexión”, explicó durante su breve pero potente paso por el festival.

La película que protagoniza, 'Couture', dirigida por Alice Winocour, presenta la historia de una cineasta que vive una dura batalla contra el cáncer de mama. Jolie, quien ha tenido experiencias personales con la enfermedad tras someterse a una doble mastectomía en 2013, se siente profundamente conectada a su personaje. Reflexionó sobre su propia elección y la importancia de disponer de opciones cuando se trata de salud.

“No me arrepiento de mi elección, pero es crucial que cada mujer tenga el poder de decidir. La historia de las mujeres que enfrentan cáncer impacta nuestra identidad y autoestima. La película busca transmitir un mensaje valioso sobre este viaje”, comentó, desencadenando un diálogo sobre la fortaleza femenina y la resiliencia.

Durante la conferencia de prensa, Jolie no pudo evitar emocionarse al recordar a su madre y los momentos difíciles que atravesó, revelando que en la película lleva consigo un collar que pertenecía a ella. Su voz temblorosa cuando habló de su madre mostró la profunda conexión que aún siente, reconociendo la universalidad de estas experiencias dolorosas en hospitales.

Se le preguntó qué consejo le daría su madre a su personaje, y Jolie contestó que seguramente le diría que “viva cada día al máximo”. Cerrando con una reflexión sobre la fugacidad de la vida, dijo: “No debemos dar por sentado ninguno de los momentos que vivimos”. Al percibir cómo la emoción la invadía, la actriz se despidió con una sonrisa, añadiendo, “no quiero llorar”. Su encuentro en San Sebastián ha dejado una huella tanto en el festival como en los corazones de quienes la escucharon.