En el marco de un regreso triunfal, Arantxa Sánchez Vicario, una figura emblemática del tenis español, ha aterrizado de nuevo en su país tras haber pasado un tiempo considerable en Miami junto a sus dos hijos. Este descanso del ojo público durante la última década parece haber sido el momento ideal para que la extenista aproveche los días de Semana Santa, sumergiéndose en la calidez y el cariño de sus compatriotas.

La legendaria ganadora de cuatro títulos de Grand Slam ha sido una de las personalidades destacadas en el reciente Barcelona Open Banc Sabadell - Trofeo Conde de Godó. Este evento no solo le ha brindado la oportunidad de reconectar con el mundo del tenis, sino también de regresar a las raíces donde inició su apasionante trayectoria a los 9 años. Su retorno a este emblemático club ha sido una experiencia llena de emotividad, marcada por la alegría de reencontrarse con viejos amigos y colegas de los tiempos dorados de su carrera.

Aunque su vuelta a España ha desatado una oleada de entusiasmo entre sus seguidores, la extenista también se encuentra en el ojo del huracán mediático debido a ciertos problemas legales relacionados con su exesposo, Josep Santacana, quien ha sido condenado a tres años y tres meses de prisión por un delito de alzamiento de bienes. Esta situación ha añadido un matiz complejo a su regreso, aunque no ha opacado su indomable espíritu.

No obstante, Arantxa se mantiene firme y optimista frente a los retos personales. Recientemente, se anunció su nombramiento como vicepresidenta de la Real Federación Española de Tenis (RFET) y Embajadora del tenis en España, una posición que refleja su compromiso con el deporte y su deseo de contribuir al futuro del tenis en su país.