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Armenia y Azerbaiyán sellan un pacto que fortalece la posición estratégica de EE. UU. en el Cáucaso Sur.

Armenia y Azerbaiyán sellan un pacto que fortalece la posición estratégica de EE. UU. en el Cáucaso Sur.

En un desarrollo significativo en las relaciones internacionales, Washington ha asegurado los derechos para el establecimiento de un corredor crucial que conectará Azerbaiyán con su exclave de Najicheván, atravesando el territorio de Armenia. Este acuerdo, formalizado en la Casa Blanca entre los mandatarios de ambas naciones, se presenta como un triunfo geoestratégico para Estados Unidos en una región de alta tensión.

El corredor, conocido históricamente como el corredor de Zangezur, ahora llevará el nombre de Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad Internacional (TRIPP, por sus siglas en inglés), en reconocimiento al marco de este pacto. Esta denominación pone de relieve el papel de Estados Unidos en la búsqueda de una resolución pacífica a un conflicto que ha perdurado por décadas.

Aunque el documento completo del acuerdo se publicará la próxima semana, la declaración conjunta es clara: el acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán requiere garantizar "la conectividad sin obstáculos" a través de este corredor, facilitando así el movimiento entre Azerbaiyán y Najicheván por medio del territorio armenio.

Previo a la firma, la Casa Blanca anunció que el acuerdo otorga a Estados Unidos derechos exclusivos para desarrollar esta ruta de 43 kilómetros en la región sur de Armenia, específicamente en Syunik, que también conectará con Turquía. Esta conexión fortalece la posición de Azerbaiyán como un centro comercial clave en el Cáucaso Sur.

Una de las declaraciones más destacadas provino del ex-presidente Trump, que sugirió que Estados Unidos podría mantener estos derechos durante los próximos 99 años. Sin embargo, el acuerdo podría tener repercusiones significativas para Irán, que perdería su acceso natural a la región a través de Armenia.

Además, el pacto parece dejar a Rusia en una posición delicada. Konstantin Zatulin, subdirector de Asuntos de la Comunidad de Estados Internacionales en el Parlamento Ruso, expresó que este acuerdo no solo señala una expulsión de Moscú de la región, sino que también plantea dudas sobre el futuro de su base militar en Armenia, la cual ahora "pende de un hilo".

Sin embargo, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, argumentó que el acuerdo podría no ser necesariamente perjudicial para los intereses rusos, señalando que podría abrir oportunidades para una nueva conexión ferroviaria con Rusia, algo que Armenia no ha tenido en tres décadas. Este desarrollo requeriría, por supuesto, el consentimiento de Azerbaiyán.

Por último, aunque se esperan más detalles a medida que se publique el documento completo, el acuerdo disuelve oficialmente el Grupo de Minsk de la OSCE, históricamente encargado de mediar en el conflicto de Nagorno-Karabaj. Además, plantea el levantamiento por parte de Estados Unidos de las restricciones impuestas en 1992 sobre la cooperación militar con Azerbaiyán, lo que podría cambiar la dinámica de poder en la región de manera significativa.