En un movimiento histórico, BBVA se alista para repartir un total de 1.842 millones de euros en dividendos esta semana, marcando un hito al ofrecer 0,32 euros por acción, el mayor dividendo a cuenta en la trayectoria del banco.

Con un impuesto del 19% aplicado sobre estos dividendos, los accionistas verán un ingreso neto de 0,2592 euros por cada acción que posean. El pago se efectúa el 7 de diciembre, ratificando el compromiso del banco con sus inversores.

Este día, 4 de noviembre, es clave para los interesados, ya que es el último momento para comprar acciones que incluirán el derecho al dividendo. A partir del 5 de noviembre, las acciones estarán disponibles "ex-dividendo", y el 6 de noviembre se realizará el registro correspondiente.

Sin embargo, no se trata del único dividendo que los accionistas recibirán por las utilidades de este año, ya que es solo un dividendo a cuenta. En el futuro, se anticipa un dividendo complementario que usualmente refleja una cantidad mayor, habitual en la política de distribución de beneficios de BBVA.

El año anterior, la entidad ya había otorgado un dividendo a cuenta de 0,29 euros, seguido de uno complementario que alcanzó los 0,41 euros. Estos pagos son parte de una estrategia que busca recompensar a los inversores de manera constante.

Asimismo, se espera que el Banco Central Europeo (BCE) apruebe la recompra de acciones, una medida anunciada por BBVA tras la caída de su oferta pública de adquisición (OPA) sobre Banco Sabadell, lo que podría añadir valor adicional a sus accionistas.

En términos de crecimiento a futuro, la entidad prevé destinar unos impresionantes 36.000 millones de euros a sus accionistas hasta el año 2028. En el corto plazo, se estima que BBVA tiene alrededor de 13.000 millones de euros listos para distribuir entre sus inversores, reflejando su solidez financiera y su compromiso con la retribución de los mismos.