El panorama político europeo se intensifica en torno a la urgencia de abordar la crisis demográfica, con el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) abogando por una inversión significativa en servicios esenciales para contrarrestar la alarmante fuga de cerebros. En contraposición, la formación Vox critica este fenómeno desde una perspectiva que califica de "reemplazo demográfico", generando un contexto de confrontación ideológica.
Durante una sesión del Parlamento Europeo en Estrasburgo, la comisaria para el Mediterráneo, Dubravka Suica, presentó su visión de establecer una agencia europea dedicada a la demografía. Suica enfatizó la necesidad de adoptar un enfoque sistémico, que permita a los Estados miembros acceder a herramientas efectivas para combatir la pérdida de población en toda la Unión Europea.
En su discurso, la comisaria croata hizo hincapié en que es crucial que alguien asuma la responsabilidad de manejar esta crisis de manera organizada y comprometida, reiterando que Bruselas ya ha proporcionado recursos a los países miembros, aunque reconoce que se requiere un enfoque más robusto, dado que las medidas actuales no son suficientes.
Suica compartió su ambición de largo plazo de fundar un instituto o agencia que establezca directrices para los Veintisiete, subrayando que su propuesta no implica "imposiciones", sino recomendaciones que fomenten la cooperación y el progreso entre los países europeos.
La comisaria delineó cuatro áreas prioritarias para la estrategia de la Comisión Europea frente al desafío demográfico: promover la conciliación laboral y familiar, empoderar a los jóvenes, garantizar el bienestar de las personas mayores y abordar la escasez de mano de obra a través de una migración legal y controlada.
En este debate, la eurodiputada del PP, Elena Nevado del Campo, hizo un llamado urgente para que Europa no ignore más el alarmante descenso en la natalidad y el envejecimiento poblacional, sugiriendo que la solución pasa por incrementar la inversión en infraestructura digital, transporte y servicios fundamentales.
A su vez, la eurodiputada socialista Lina Gálvez abogó por políticas que garanticen empleo y servicios de alta calidad. Gálvez instó a aprovechar la crisis demográfica como una oportunidad para avanzar en la igualdad de género, la conciliación familiar, el fortalecimiento de los servicios públicos y el manejo de la migración.
Gálvez también rechazó el uso del término "invierno demográfico" para difundir narrativas regresivas que parecen deslindar responsabilidades sobre la crisis en las mujeres, quienes se ven atacadas en sus derechos reproductivos y sexuales en este contexto. Esta crítica se dirigió especialmente hacia los discursos de la extrema derecha, que busca mantener lo que consideran un modelo familiar tradicional.
Por otro lado, la eurodiputada de Vox, Mireia Borrás, lamentó las políticas migratorias, denunciando una supuesta amenaza a la identidad europea que entraña lo que describe como un "reemplazo demográfico". Borrás ponderó que estas dinámicas no solo erosionan la identidad cultural, sino que también comprometen la seguridad de los ciudadanos europeos.
Tras sus declaraciones, Borrás enfrentó acusaciones de fomentar el odio por parte del grupo de la Izquierda, que, en contraste, respalda la propuesta de la Comisión de recurrir a la migración legal como un recurso estratégico para combatir la falta de mano de obra en la UE.
Cerrando el debate, los grupos liberales y verdes también demandaron a la Comisión Europea que presente propuestas concretas para afrontar la crisis demográfica en todos los Estados miembros, instando a la implementación de una "caja de herramientas" que frene la pérdida de población en el continente.
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