El presidente saliente de Nigeria, Muhammadu Buhari, se despidió de la población en la víspera de la entrega del testigo de mando a su aliado, Bola Tinubu. Buhari hizo un balance positivo de su mandato al tiempo que reconoció el daño causado por sus políticas económicas y su incapacidad para traer a casa a todas las chicas secuestradas en Chibok en 2014. Buhari afirmó que ha hecho de Nigeria "un país mejor" durante su mandato.

Buhari ha asegurado que ha incrementado la capacidad de la población más desfavorecida y la población rural para ganarse la vida, ha entregado más alimentos para las aldeas y ha diversificado las oportunidades para tener un medio de vida mejor. Sin embargo, también ha pedido disculpas por algunas "decisiones difíciles" tomadas, especialmente en el ámbito económico durante la pandemia de COVID-19. También ha reconocido que otras decisiones "provocaron un dolor y un sufrimiento temporales".

El presidente saliente dedicó un momento especial para recordar a las decenas de mujeres secuestradas en Chibok un año antes de su gobierno y por el actual escenario de violencia en el país, donde grupos de "bandidos", especializados en el secuestro y la extorsión, continúan operando con relativa libertad a pesar de los esfuerzos de las autoridades.

ONG como Human Rights Watch (HRW) disputan las afirmaciones de Buhari al describir a Nigeria como un país que "no ha logrado garantizar los derechos económicos y sociales para todos". Según la Oficina Nacional de Estadísticas de Nigeria, aproximadamente 133 millones de personas en el país viven en la pobreza. La ONG indica que el país carece de un sistema de seguridad social funcional y capacitado para proteger a la población de las crisis económicas y de etapas de inseguridad económica personal como las que ocurren durante la vejez, el desempleo, la enfermedad o el parto.

Tinubu asumirá el poder este próximo lunes en un escenario de disputa electoral, dado que sus principales rivales en las últimas elecciones, el exvicepresidente Atiku Abubakar, del Partido Democrático de los Pueblos, y el laborista Peter Obi, están ahora mismo inmersos en un proceso de reclamación tras denunciar fraude electoral en numerosas circunscripciones del país.