En el corazón del Gran Premio de Canadá, el piloto español Carlos Sainz, integrante del equipo Williams, no pudo contener su frustración tras un desafortunado fin de semana que definió como un "desastre". Su intento de avanzar a la Q2 se vio frustrado por la interferencia de Isack Hadjar, piloto de RB, lo que dejó al madrileño sintiéndose decepcionado.

En una entrevista con Dazn, Sainz expresó su descontento, lamentando que el rendimiento del coche parecía prometedor, pero que una serie de contratiempos lo habían dejado sin posibilidades. "Parece que este año todo se ha complicado. Hoy Isack ha sido quien nos ha arruinado el fin de semana", dijo Sainz, reflejando su frustración por la situación.

A pesar de su desencanto, Sainz se comprometió a luchar por una remontada en la carrera, aunque también reconoció que ocupar la decimosexta posición en la parrilla era desconcertante, especialmente considerando las características favorables del circuito Gilles-Villeneuve para su vehículo. "No sirve de nada ser rápido en los entrenamientos si luego te quedas en el puesto 16; esa no es una consuelo", remarcó el piloto.

Además, Sainz se vio envuelto en otra dificultad cuando se presentó una bandera roja debido a un incidente con su compañero de equipo, Alex Albon, durante la Q1. "Fue un momento complicado, la bandera roja salió justo cuando estaba en mi vuelta para pasar a la Q2, lo que me obligó a tomar la última posibilidad. Es una suerte terrible, son situaciones que no deberían suceder", concluyó.