
MADRID, 2 de julio (Progresistas) -
En el centro del huracán mediático, Cayetano Rivera se enfrenta a serias acusaciones tras su arresto en la madrugada del lunes por supuesta agresión a varios agentes de la Policía. Este altercado ocurrió luego de una discusión con el personal de una popular hamburguesería en la calle Atocha de Madrid, donde se alega que su comportamiento fue violento y desafiante.
Poco después de que se viralizara la noticia sobre su conflicto con la Policía, el torero decidió romper su silencio a través de un comunicado en sus redes sociales. En su mensaje, manifestó que “se están propagando narrativas infundadas sobre una situación que, en realidad, no sucedió como se ha mencionado”. También aprovechó la ocasión para expresar su respeto hacia las fuerzas de seguridad y solicitar “discreción y responsabilidad” en la cobertura de su caso, teniendo en cuenta las repercusiones que esto puede acarrear tanto a nivel personal como institucional.
Con la controversia creciendo día a día, Cayetano volvió a dirigirse a sus seguidores mediante un nuevo mensaje en Twitter, en el que desvinculó cualquier agresión hacia la Policía y compartió su angustia ante lo que califica como una “profunda injusticia”.
“Aunque las lesiones físicas son dolorosas, lo que más me lastima es la impotencia y la frustración de ser tratado como un criminal o incluso como un ‘terrorista’ a causa de una discusión en la que jamás amenacé ni agredí a nadie”, afirmó con profunda tristeza, añadiendo que siempre ha tenido un gran respeto por la labor policial.
El torero enfatizó: “Quiero pensar que este incidente fue algo excepcional. Sin embargo, también asumo el derecho, y considero que es un deber, de defenderme ante lo que considero un agravio”. Se reafirmó en su inocencia ante las acusaciones que han surgido desde que su detención se convirtió en un tema público.
Finalmente, Cayetano agradeció a los periodistas que han mostrado interés en su situación y les pidió encarecidamente que respeten su “privacidad” y la de su “familia”. Concluyó diciendo: “Mi credibilidad tiene el mismo valor que la de cualquier persona que ha intentado, con discreción y educación, forjar su propio camino”.
Se despide con un mensaje de esperanza, expresando: “No busco ser un modelo a seguir, porque no me considero tal, pero al menos merezco ser escuchado con el mismo respeto que expreso”. Dejó entrever que pronto compartirá su versión de la historia con más detalle.
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