China enfrentará una desaceleración en su crecimiento, según proyecciones del Banco Mundial: 4,5% en 2024 y 4,3% en 2025.
Este año, el Banco Mundial proyecta que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) de China se desacelerará al 4,5%, comparado con el 5,2% registrado en 2023. Para el próximo año, se espera que la expansión china se reduzca aún más, alcanzando el 4,3%, según las últimas proyecciones de la institución internacional.
A pesar de esta desaceleración, las nuevas estimaciones del Banco Mundial representan una revisión al alza de una décima con respecto a las anteriores previsiones publicadas en octubre. En ese entonces, se pronosticaba un crecimiento del 5,1% para 2023 y del 4,4% para el presente año.
El Banco Mundial advierte que China está buscando transitar hacia un crecimiento más equilibrado, pero se enfrenta a dificultades en la búsqueda de impulsores de demanda alternativos. Después de un repunte a principios de 2023 tras la reapertura económica post-Covid, el crecimiento en China ha perdido fuerza, según el análisis de la institución.
Las presiones deflacionarias, la caída en la capacidad utilizada y la situación del mercado laboral indican que la demanda agregada es menor que la oferta agregada. Además, la inversión en infraestructura e inmuebles - pilares históricos del crecimiento chino - ha disminuido considerablemente.
El Banco Mundial destaca que China tiene un alto índice de ahorro y un consumo interno relativamente bajo, lo que requiere de altas tasas de inversión, exportación o gasto gubernamental para sostener la demanda agregada. Aunque Pekín ha implementado estímulos macroeconómicos moderados, se considera necesario abordar desequilibrios estructurales en la demanda agregada.
Las reformas destinadas a aumentar el consumo interno, como fortalecer la protección social, tener una tributación más progresiva y reasignar gasto público hacia el capital humano, podrían estimular un crecimiento más equilibrado. Un entorno normativo transparente y equitativo para todas las empresas también sería clave para fomentar la confianza de los inversores y la inversión privada.
A principios de marzo, el primer ministro chino, Li Qiang, anunció en la Asamblea Popular Nacional que el Gobierno espera un crecimiento del PIB cercano al 5% en 2024, similar a la expansión del 5,2% registrada el año pasado. Por otro lado, se espera que la región de Asia Oriental y el Pacífico se modere al 4,5% este año desde el 5,1% del año anterior, y al 4,3% en 2025.
El Banco Mundial prevé que los países en desarrollo de Asia Oriental y el Pacífico, excluyendo a China, aumenten su crecimiento al 4,6% en 2024 y alcancen el 4,8% en 2025. A pesar de los desafíos, esta región sigue siendo una contribución importante al crecimiento económico mundial, según Manuela Ferro, vicepresidenta del Banco Mundial para Asia Oriental y el Pacífico.
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