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Citi advierte que la creciente tensión arancelaria entre EE.UU. y China impactará negativamente en las exportaciones y la demanda.

Citi advierte que la creciente tensión arancelaria entre EE.UU. y China impactará negativamente en las exportaciones y la demanda.

La industria automotriz se enfrenta a un panorama complejo en Europa y Estados Unidos, donde la demanda se ve influenciada por distintos factores económicos y políticos. En Europa, el mercado parece estar más resguardado frente a las turbulencias internacionales, mientras que en EE.UU., la situación está ligada a la disponibilidad y costo del crédito.

Según un detallado análisis de Citi, las tensiones arancelarias entre Estados Unidos y China están impactando negativamente las exportaciones de automóviles, especialmente los SUVs de marcas como BMW y Mercedes-Benz. Este informe, que ha sido compartido con Europa Press, resalta que aunque aún es pronto para prever las consecuencias macroeconómicas de estos cambios, los efectos inmediatos sobre la demanda global son preocupantes, estando en especial alerta en generaciones de autos producidos para el mercado estadounidense y el chino.

El estudio advierte que los modelos de negocio de las automotrices europeas podrían enfrentar caídas drásticas, con el riesgo de que estas disminuciones sean permanentes, especialmente en los mercados de EE.UU. y China. Sin embargo, el informe también trajo un rayo de esperanza: la oferta de un acuerdo arancelario "cero por cero" propuesta por la Unión Europea a Estados Unidos, considerada por Citi como una buena noticia, aunque con reservas sobre su efectividad para estabilizar la situación.

Además, Citi menciona que la disminución en la importación de vehículos de gama baja en EE.UU. no será completamente compensada por un aumento en la producción local, lo que podría resultar en una caída de entre 1 y 1,5 millones de vehículos. La situación se vuelve más compleja por el aumento de tasas de interés y el encarecimiento del crédito, riesgos que podrían afectar aún más la demanda actual, que ya ha visto descensos significativos.

En el ámbito chino, la situación parece aún más delicada. Citi destaca la dificultad para prever una recuperación en la economía del país en este contexto, a pesar de que los aranceles de EE.UU. no impactan de manera directa a los fabricantes locales. La presión sobre la actividad económica podría incentivar respuestas gubernamentales para estimular el consumo, aunque poco harán por ayudar a las marcas europeas, cuyas ganancias siguen en descenso.

El informe también sugiere que, en contraste, Europa se muestra más resistente. Con un gasto público local fuerte y un impacto limitado de los aranceles en los precios, se espera que la demanda se mantenga relativamente protegida. A pesar de un exceso de capacidad en el sector automotriz global, se anticipa que la competencia aumente en Europa, lo que podría llevar a una reducción de precios y a un impulso en los volúmenes de demanda.

La situación en EE.UU. es más complicada. Allí, la demanda de vehículos depende en gran medida de los préstamos y arrendamientos, lo que significa que los costos del crédito son determinantes. Con el aumento de los rendimientos de los bonos y del riesgo crediticio, se prevé que los pagos mensuales de auto se disparen, complicando aún más la mezcla de modelos y generando cierto aumento en la morosidad, lo que podría restringir la concesión de préstamos de entidades financieras.

Finalmente, el informe de Citi proporciona una perspectiva de incertidumbre frente a una caída significativa en las acciones de las automotrices europeas, la más pronunciada en 25 años. Con las estimaciones de ganancias cayendo hasta un 45%, tres escenarios comerciales se vislumbran en el horizonte: un posible rebote con buenas noticias sobre acuerdos, un mayor riesgo si la situación empeora, y una posible oportunidad de inversión a largo plazo centrada en marcas con una sólida posición en el mercado europeo.