
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha autorizado el inicio del desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña, en la provincia de Burgos. A través de una orden ministerial, también se ha autorizado la transferencia de titularidad de la instalación de Nuclenor a Enresa, responsable del desmantelamiento, que se llevará a cabo en los próximos días.
Este proyecto, que cuenta con un presupuesto de 475 millones de euros -sin incluir la gestión del combustible gastado-, consta de dos fases que se extenderán hasta el año 2033. Se espera que hasta 350 personas trabajen simultáneamente en el desmantelamiento de la central.
La Fase 1, que se llevará a cabo en el periodo de 2023 a 2026, abarcará el desmontaje de los sistemas, estructuras y componentes del edificio de turbina, así como las modificaciones necesarias para la gestión de los residuos resultantes. Además, se trasladará el combustible gastado desde la piscina hasta el Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la central.
Posteriormente, en la Fase 2, que se llevará a cabo de 2027 a 2033, se realizará el desmantelamiento final de los edificios radiológicos, así como las descontaminaciones, desclasificaciones y demoliciones correspondientes. Por último, se procederá a la restauración del emplazamiento.
La autorización del MITECO para iniciar los trabajos de desmantelamiento se produce después de que el proyecto haya pasado por un periodo de información pública entre marzo y abril de 2021, y de que el Consejo de Seguridad Nuclear haya emitido un informe favorable en mayo. Además, se ha obtenido la Declaración de Impacto Ambiental que establece las condiciones del proyecto.
Según ha declarado el Ministerio, sólo falta la transferencia de la titularidad de la central de Nuclenor a Enresa, lo cual ocurrirá en los próximos días, para que comiencen las obras en el terreno.
Como parte del proceso de transición justa, el Instituto para la Transición Justa (ITJ) ha adjudicado 7,7 millones de euros a 12 proyectos municipales en la zona afectada por el cierre de la central. Estos proyectos incluyen iniciativas de reactivación económica, turismo, rehabilitación de inmuebles y restauración ambiental, entre otros. Además, se están tramitando ayudas a empresas y pequeños proyectos de inversión que serán resueltas a finales de año.
La central nuclear de Santa María de Garoña, ubicada en el Valle de Tobalina, tenía una potencia instalada de 466 MW y fue inaugurada en 1971. Se desconectó de la red eléctrica en diciembre de 2012 y en julio de 2013 se declaró su cese definitivo de explotación. Enresa comenzó entonces los trabajos preparatorios para el desmantelamiento y diseñó el proyecto en dos fases.
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