En un hecho histórico, la bióloga Ana Crespo ha sido la encargada de presidir la apertura del curso académico de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (RAC), convirtiéndose en la primera mujer en liderar este evento desde que la entidad fue fundada en 1847. Subrayando la importancia de tener más mujeres académicas para lograr la presidencia, Crespo destacó la relevancia de su nombramiento.

La entidad recordó que Ana Crespo, nacida en Tenerife en 1947, fue elegida como presidenta el pasado mes de junio y debutó en la mesa presidencial durante la inauguración del curso en el salón de actos de la Academia. Bajo la atenta mirada de un cuadro de Isabel II que decoraba la sala, Crespo, quien anteriormente se desempeñó como secretaria general, presentó la memoria del curso anterior en el acto inaugural.

El matemático y catedrático de la Politécnica de Valencia, José Bonet, tuvo un papel destacado este año al leer la lección inaugural titulada 'Demostraciones matemáticas y el ordenador'. Bonet, nacido en Valencia en 1955, ocupaba anteriormente el cargo de presidente de la sección de Matemáticas y recientemente fue elegido como secretario general de la entidad, sucediendo a Crespo en este puesto.

Al finalizar la ceremonia, la presidenta Ana Crespo otorgó la medalla de Honor a Gabriel de Escalante por sus servicios a la RAC. La entidad resaltó que Crespo recibió el respaldo del 80% de los académicos con derecho a voto para asumir la presidencia, relevando a Jesús María Sanz Serna. Es importante destacar que desde la aprobación de los nuevos estatutos en 2020, se ha buscado alcanzar un equilibrio de género entre los miembros, marcando que el 30% de las nuevas incorporaciones deben ser mujeres.

Actualmente, la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales cuenta con 115 académicos hombres y 37 mujeres, representando casi un 24% del total. Durante mucho tiempo, la institución estuvo cerrada a las mujeres, siendo la bioquímica Margarita Salas la primera académica numeraria en 1986, seguida por la matemática Pilar Bayer en 2004 y la propia Ana Crespo en 2010. Esta evolución hacia la igualdad de género en la academia resalta la importancia del trabajo y compromiso de académicas como Crespo para alcanzar una representación equitativa en el ámbito científico.